Cósmico Amor (Batlantern)

2020 - Primer día: Extraños en la Noche.

La noche fresca y despejada era testigo de un firmamento estrellado y de una hermosa luna creciente. La estela brillante de Hal al bajar hacia la entrada principal de la mansión Wayne desapareció en cuanto retiró el poder de su anillo. El hombre detrás del héroe Linterna Verde se hizo presente un tanto apurado, apresurando sus pasos para subir la escalera y al fin llegar a las puertas de su hogar. Se sentía un poco agitado, ansioso, y la sonrisa que adornaba en su rostro era de pura felicidad. Golpeó la puerta acomodándose los cabellos para lucir lo más presentable posible, esperando que detrás se apareciera el tan querido mayordomo de la casa para abrirle. Pero al cabo de unos cuantos segundos, y notando que nadie salía a su encuentro, ladeó su cabeza con incertidumbre y procuró tantear la manija para ver si la cerradura estaba abierta.

—¿Alfred? ¿Estás aquí? —preguntó confundido al no tener respuesta. Dio unos pasos dentro y cerró la puerta tras de sí. Ya en primera instancia le sorprendió que aquello estuviera abierto, pero para ser sincero, jamás tuvo la necesidad de cerciorarse, ya que el viejo siempre estaba ahí para abrirles—. ¿Hola? ¿Bruce?... ¿Chicos? —Miró el lugar y se extrañó de encontrarse con un ambiente silencioso y solitario. Hacía mucho que aquel hogar no se sentía así, y eso le dio un escalofrío desconocido—. ¡Hey! ¿Dónde están todos? ¿Acaso están jugando a las escondidas?

Comenzó a caminar lentamente por el amplio vestíbulo en busca de alguien que se hallase en la casa. Parecía realmente abandonado, y la luz tenue que mantenían las grandes arañas colgadas del techo hacía todo más tenebroso y sospechoso. Estaba extrañado, o más bien, desconcertado. Era su aniversario de bodas con Bruce, se suponía que se iban a encontrar tras su trabajo para salir y celebrar; pero todo indicaba que, ¿se habría olvidado? Podría ser una posibilidad, Wayne siempre se atollaraba con compromisos y luego las emergencias como vigilante le podían absorber de improviso. Pero... ¿qué no le haya avisado nada? ¿Ni siquiera que fuera capaz de enviarle un mensaje? Eso sería el colmo. Hal tomó su celular y buscó de inmediato el contacto de su esposo, ya con el ceño medio fruncido por una creciente molestia que se estaba haciendo paso en su pecho.

—Emmm, ¿Spooky?, no me digas que te olvidaste de nuestra cita. Se supone que íbamos a celebrar. ¿Dónde estás? —Respiró hondo para tomar impulso y soltar su atrabancada forma de ser—. ¡Mira desconsiderado! Si llegaste a dejarme plantado, te voy a... —Bruscamente enmudeció al encontrar una tarjeta pegada justo en el balaustre de la escalera de madera; la misma que daba al piso superior.

Canceló el audio con el simple deslizar de su dedo y guardó su móvil en su vaquero para tomar aquel llamativo escrito con mucha curiosidad. El mismo decía: Para Hal Jordan, con una preciosa letra, y al abrirlo, se encontró con algunas palabras dedicadas para él. La forma de sus labios se fue tornando en sonrisa a medida que iba ojeando. Sus ojos brillaron levemente y se detuvo un segundo para mirar hacia arriba y luego hacia atrás, como buscando a que alguien apareciera de la nada. Continuó leyendo lo siguiente que decía el papel:

"Extraños en la noche intercambiando miradas

Preguntándonos en la noche

Cuales eran las posibilidades de que estuviéramos

Compartiendo el amor antes que la noche se acabara."

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Te espera un regalo en nuestra alcoba.

B.W

Hal se mordió el labio con una sensación de mariposas en su bajo vientre. Recordó aquella primera vez que vio a Bruce, extraños en la noche en verdad, apenas había escuchado del héroe Batman y de la misma forma había sido para su esposo con él. Lo primero que pensó es que jamás podría llevarse bien con un sujeto así. En aquel entonces, nunca se le habría cruzado por la cabeza sentir algo por un hombre que lucía tan frío y siniestro, tan duro y estructurado; tan diferente a él; pero con el tiempo, supo descubrir todo lo demás que hacía que su corazón saltara del pecho y terminó perdidamente enamorado de él.