Suga: Pensamientos tristes

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Estaba sentado en la esquina de la clase. Se dedicaba a componer una canción nueva mientras esperaba a que el profesor llegase a clase. Sin embargo, al parecer no vendría, ya que habían pasado ya veinte minutos desde que la clase empezó, y él aún no se había hecho presente.

Eso era bueno; así podría acabar esa canción que lo tenía tan enganchado. Ese día se sentía inspirado, y tenía que aprovecharlo. Quién sabía...quizás al día siguiente no sabría cómo continuar su composición. Eso le había pasado una vez, por lo que había decidido no volver a hacerlo de aquella manera; a partir de ese día nunca volvió a dejar una canción sin terminar. Siempre las acababa en un día.
Seguía concentrado cuando alguien puso una mano sobre su pupitre, llamando así su atención. Levantó la cabeza y volvió a verlos allí a los tres. Su rostro siguió igual de frío que antes.

SUGA- ¿Qué queréis?-dijo con tono serio. Ahora su voz era más grave, por lo que quizás sonó un poco amenazante y cansado.

¿?- ¿Qué queremos?-miró a sus compañeros, que estaban a su derecha, y luego volvió a dirigir su vista hacia Suga-¿Qué haces? ¿Otra vez estás con tus tonterías de música? No sé por qué lo haces. Nunca serás un compositor famoso; como mucho te conocerá tu madre-rieron-O tampoco...no creo que sea capaz de reconocer a su propio hijo...sobre todo si está ebria, como siempre-este comentario sí le molestó. Como reflejo defensivo, se puso de pie y frunció el ceño.

SUGA- Puede que mi madre fuera alcohólica en el pasado, pero ella me quiere. Además, eso ya no es así; lleva más de cinco años sobria.

¿?- ¿Cinco? Eso explica por qué de pequeño siempre tenías golpes, ¿no?-se sorprendió. Nadie se había dado cuenta de esos golpes hasta la fecha. Él siempre conseguía ocultar los moratones aplicando un poco de maquillaje que su madre. Nunca le había gustado aquello, pero no quería que su madre fuera a la cárcel por culpa del alcohol. Eso solo lo habría empeorado todo. Ella seguramente se habría vuelto loca, y aquella no era una opción, así que siempre aceptaba  ponerse un poco de maquillaje.

SUGA- ¿Q; qué? ¿¡Cómo puedes decir eso de ella!?-fingió sorpresa, ya que el enfado era real-¡Ella no hizo nada! ¡Yo ni siquiera tenía golpes en la cara!

¿?- Nunca he dicho en la cara-sonrió de lado-Pero los tenías, ¿cierto?

SUGA- Repito la pregunta...¿qué queréis?-uno de ellos rio.

¿?- Queremos ayudarte a recordar tu pasado; esos golpes y moratones.

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Dejó de pensar en su oscuro pasado y decidió intentar dormir de nuevo. Eran las dos de la tarde, y debía de estar en el instituto, pero, debido a su expulsión, había estado toda la mañana en su casa, tumbado en la cama, componiendo o aprendiendo los raps de sus canciones favoritas. Esos eran sus hobbys: la composición,  el rap y dormir. Todo lo que él necesitaba para ser feliz.

SUGA- ¿Cómo se llama ese chico que decías que me caería bien?

JIHYO- ¿Qué más da? A ti te caerá bien, pero, como siempre pasa, tú a él no.

SUGA- ¿Por qué me dices eso? El otro día fuiste más amable.

¿Algo más?---Jimin & TNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora