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N/A: Otro intento de capitulo largo (?

El gótico se encontraba sentado de manera encorvada en el sillón de la sala, definitivamente no se sentía en la mejor condición. Mil ideas inútiles invadían su mente. ¿Como evitaría que la madre de Giorno se lo llevara? Estaba claro que no podía hacer nada contra eso, se sentía impotente.

- Abbacchio —Se acercó— Sigues preocupado.

- Claro que no, no es nada que no pueda controlar.

- Mentiroso —Se sentó a un lado de él— Esta bien estar preocupado en ésta situación.

- Creo que ahora estoy en un verdadero problema.

El pelinegro se dejó caer su cabeza en el hombro del gótico, esto causó que el contrario se sorprendiera por un pequeño memento. Abbacchio miró se reojo al ojiazul.

- Intenta no pegarte tanto a mi cabeza, dicen que si una persona con migraña pega su cabeza con otra, le contagiara parte de el dolor a esa persona.

- Ya veo —Dijo mientras acariciaba discretamente el brazo del mayor— Tal vez no sea tan malo si así te sentirás un poco mejor.

Leone sintió un leve rubor en sus mejillas, el pelinegro estaba actuando de una manera algo extraña, no era que le molestara, pero sin duda no esperaba comportamiento.

Por su parte, Bruno tenía muy en claro que él tenía que mantenerse fuerte para que el mayor lograr sentir que no estaba solo. Pero no lograba sacar de su cabeza el hecho de que el contrario lo había besado mientras él dormía, aunque no fuera más que un beso en la frente. Necesitaba una respuesta rápida a su duda, trato una y otra vez de convencerse de que ese no era el momento indicado, pero fue en vano.

Subió sus piernas al sillón, quedando de rodillas en el, el albino giró su cuerpo ante el movimiento del aludido. Quedando uno en frente del otro. El pelinegro sonrió de oreja a ojera, sus ojos miraron hacia los pintados labios del contrario y si como de dos imanes se tratara, junto sus labios con los del gótico.  Sus ojos se abrieron al sentir como el mayor comenzaba a tomar el control en aquel beso.

Dejándose llevar, lentamente el beso iba tomando forma. Los labios del gótico aún tenían ese sabor a café, mientras que los del pelinegro tenían algo de sabor a fresas por las crepas. Pero justo cuando Bucciarati iba a rodear el cuello del mencionado, este se alejó lentamente. Abbacchio carraspeo con mucha vergüenza, mirando hacia el otro lado. Bruno sentía su corazón latiendo con fuerza, el gótico no había rechazado su beso. Ambos sentían calor en sus cachetes.

- Abbacchio —Dijo aún avergonzado— Pueden quedarse en mi casa un tiempo.

—Lo miró con atención— Definitivamente no será buena idea.

- Ninguno se ellos sabe en donde vivo, será un buen lugar para ocultarse un tiempo.

- Ya dije que puedo manejar al padre de Narancia.

- ¿Y Giorno?

- Yo... No te meteré en problemas —Suspiró— Podrían meterte a la cárcel junto conmigo, ya que seguramente pensaran que estamos secuestrando a Giorno.

- Yo estaría dispuesto a correr ese riesgo, si así él puede tener la infancia que se merece —Dijo seguro de si.

El gótico sonrió ligeramente ante dichas palabras, pero negó con la cabeza —Tienes dos hijos a los cuales cuidar, no puedes hacerles eso.

- Quiero ayudar Abbacchio, por favor, solo quédate un tiempo.

El mayor miró hacia el suelo por unos momentos, reflexionaba sobre que tan buena idea sería la propuesta del ojiazul, inhalo y exhalo profundamente, regresando su vista al contrarío.

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⏰ Última actualización: Feb 21, 2020 ⏰

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