pєcαdσ ๑San x ATEEZ

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Capítulo cuatro:  E A T  A N D  L O V E.

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- ¡Seonghwa...! - Dijeron al unísono, con un tono de voz temeroso.

- He preguntado, ¿Qué estáis haciendo con San?, ¿Podéis responder a una pregunta tan simple como esta?

- Estábamos... Estábamos hablando con San, nada más.

Sonrieron con aires nerviosos, ¿Tan malo podía llegar a ser aquel tipo para que le tengan ese miedo?

- Marchaos. - De un momento a otro salieron corriendo con mucho temor. - Dime, ¿Te han hecho algo?
Negué con la cabeza, no me habían hecho nada que no supiera, tal vez, y solo tal vez se refería a la extraña pregunta que me formularon.

- Olvida todo lo que ha pasado ahora, y sigue con tu vida normal y corrientemente, te lo digo como un consejo, no como una amenaza.

Se marchó en cuanto terminó de formular su ultima palabra, dejando aires incómodos y confusos en la habitación de ensayo.

- ¿Estás aquí HongJoong?, oh, eres tú, San. Hola.

— Hongjoong se fue en esa dirección, con Yunho.

— Meh, da igual, tu me sirves. Sígueme.

Tiró de mi como si fuera un ser sin vida, arrastrándome hacia donde él quería ir.

— E-Espera yeosang, ¿A donde vamos? — Hizo caso omiso a mis palabras, traté de zafarme, pero era inútil, ese chico tenía mucha fuerza, y yo ya empezaba a sentirme incómodo.

— Sang, yo no me puedo comer todo esto. — La mesa estaba repleta de comida de todos los sabores, saladas, dulces, agrias...

— No seas bebé, esa solo es la décima parte de lo que como normalmente, San.
Cómetelo, la comida no se debe tirar.

Asentí lentamente, tragando duro al ver la mesa repleta de comida.
Luego de dos o tres platos, repletos de comida, sentía que iba a desfallecer.
Cada vez que volvía a posar la mirada en los comestibles un sentimiento de asco se instalan en mi estómago, haciendo que quisiera vomitar.

Pero por alguna razón, no podía dejar de comer toda aquella deliciosa comida, no quería dejar ni una mota de salsa en aquellos blanquecinos platos.

Kang me miraba con una sonrisa de superioridad, mientras que yo me llenaba de comida, sin ni siquiera parar a pensar.

Una hora después.
No podía caminar, así que Yeosang tuvo que cargarme, cerré los ojos, deleitándome de aquél silencio, que me invitaba a querer dormir, y así terminé por hacerlo.
Me acurruqué en su espalda, soltando un suspiro de satisfacción, estaba calentito y cómodo.
Y pasó, terminé por dormirme, realmente no me importaba lo que me iba a pasar estando con un casi desconocido, algo me decía que debía confiar ciegamente en el.

Qué equivocado estaba.

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Después de mil años sin actualizar, traigo un capítulo "Relleno" que va a ser muy importante para la historia, lo aseguro.

Pero por ahora y hasta que actualize, solamente puedo decir que F por San, se cansaron de esperar y van a actuar por fin.

Si quieren que siga, denle mucho apoyo, voten y compartan, ¿Chí?, ¡Gracias!

— Quinientas diez palabras.