11. Un fin de semana juntos... parte II

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Capítulo 11

Un fin de semana juntos... parte II

- ¿Pero por qué?- rezongó la mujer, mirando a su hija con suplica en los ojos.

-Mamá, entiéndelo...- habló Liam, haciendo uso de toda su paciencia.

-No, no y no- gruñó su madre –No, simplemente no me lo aguanto-

-Querida...- le llamó su esposo con voz gutural.

-¡Ay, Geoff!- se quejó la señora -¿Vas a dejar que se salga con la suya?-

-Karen...deja de quejarte- insistió el señor Payne a su esposa, quien se dejó caer en uno de los sillones cruzándose de brazos con fastidio.

-¿Por qué no va a aceptar nuestra ayuda para la boda?, ¿Por qué se niega si podemos darle lo mejor?- exclamó Karen, muy frustrada -Nene, amor...entiéndelo, no te estamos dando ninguna especie de caridad, eres nuestro bebé y queremos que tu boda sea como siempre la anhelaste-

Liam lanzó un gran suspiro –Lo entiendo mamá, pero ya hemos hablado de esto, yo sé que no es caridad, se que quieres lo mejor para mí...pero no pienso quitarles su dinero, ni Zayn piensa pedirle nada a su madre, nos las podemos arreglar, de veras-

- ¡Ya se!- celebró la señora –Puedes verlo como un adelanto de tu herencia-

-No, mamá...- continuó Liam –Mi herencia se me dará cuando ustedes ya no estén aquí, no antes-

-Ya lo oíste- intervino Geoff –Respeta su decisión, Kar-

-Está bien- cedió Karen –Pero al menos déjame ayudarte a organizar todo, ¿Sí?-

Liam sonrió, era obvio que su madre pediría eso, siendo una mujer tan entusiasta y alegre amaba las fiestas, pero más que nada disfrutaba organizarlas, para que todo saliera perfecto.

-Claro mamá, claro que sí-

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Subieron tan rápido como el elevador les permitió, al bajarse Harry corrió a abrir la puerta, sentía una emoción, una ansia recorrerle todo el cuerpo, ganas de tomar a ese castaño que entraba por la puerta y hacérselo hasta que sangrara.

Fueron a la habitación que ocupaba Louis entre besos y caricias juguetonas, el rizado se sentó en la cama y comenzó a desvestir al ojiazul, al tiempo que era desnudado, se metieron en la cama sin prenda alguna, Harry se acomodó sobre el cuerpo blanco de Louis, besándole el cuello con fiereza.

-Mhmmm... - gimió Lou por lo bajo, mientras Harry se deleitaba mordiendo tan delicada piel, dejando una marca muy visible –Ammm... ¡Que fiero!- le bromeó el castaño.

-Cómo un león...voy a comerte...-le susurró el rizado al oído, quien se estremeció ante tal acción –Podemos empezar...por aquí...- habló Harry, al tiempo que pellizcaba uno de los rosados pezones.

-Ahhhhhh...- gimió, Harry bajó a su pecho y tomó el otro pezón entre sus labios, lamiendo y succionando a su antojo, mientras pellizcaba el otro, después sus labios viajaron al otro pezón, repitiendo las acciones que había hecho a su compañero - ¿Qué sigue ahora?- preguntó, encantado por aquel juego.

-Las presas no hacen preguntas, solo se dejan llevar...- contestó Harry, haciéndolo ponerse boca abajo, comenzó a besar los fuertes hombros de lado a lado, prosiguió besando la espalda hasta llegar a los glúteos que apretó con ambas manos –Levanta la cadera-

La instrucción fue obedecida sin chistar, el rizado separó los carnosos glúteos para ver mejor la entrada de su amante, se acercó y comenzó a lamer con ardiente lengua.

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