De café y dolor

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(Lamento de antemano si sus corazones sufren esté capítulo).

Los pensamientos iban y venían como olas, aveces lentas y otras ruidosas y agitadas

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Los pensamientos iban y venían como olas, aveces lentas y otras ruidosas y agitadas.

JongDae no quería seguir sintiéndose mal, herido, confundido, como si no tuviera derecho de quejarse ante los maltratos no intencionados de su amigo. Se supone conocía bien a Baekhyun, sabía que no era su intención hacerle llorar, el hombre no tenía idea que lo quería más que como amigo, que tenía sentimientos de amor por sus ojos, su boca, su risa, la forma en que lo acercaba tiernamente a su cuerpo cuando hacia frío... Baekhyun no lo sabía y por lo tanto seguía jugando, tomando lo que quería de él sin que le pasara por la cabeza que le estaba lastimando.

JongDae aclaro sus pensamientos estando tumbado sobre su cama con la vista fija al techo. El único culpable de sentirse basura era el mismo, al no confesar su sentir antes, al no rechazar ser un amigo con derechos y aceptar la miseria de ver a quien quería con todo su corazón en brazos de otro... Entonces lo supo, el rostro sonriente de MinSeok apareció en sus pensamientos, si no se armaba de valor en su vida amorosa, seguiría sufriendo por sus malas decisiones, rompiendo su corazón una y otra vez.

Se levanto de la cama y decidió al fin hacer algo al respecto con sus relaciones amorosas. No dejaría que el fantasma de la resignación de ser feliz le persiguiera con el rostro de Baekhyun, recordándole que siempre sería un corazón a la deriva, sin rumbo fijo ni valor para enfrentar tormentas. Por primera vez iba a ir por lo que quería sin importar las consecuencias, no cometería el mismo error dos veces. Al menos diría la verdad que se le atoraba en la garganta.

Apenas eran las dos y media de la tarde cuando llego al café "Malvavisco" como se llamaba el café de MinSeok. Era un hecho que estaría ocupado haciendo inventario, pero no le importo, aun con los nervios haciendo estragos en su pecho que bombeaba agitado, entró saludando a sus compañeros.

- ¿Dae que haces aquí en tu día libre? - pregunto su compañera Dennys con semblante sorprendido.

- Vine, vine a hablar con MinSeok - respondió un poco aturdido de lo que estaba a punto de hacer.

Y como si el nombrarlo fuera una invocación, MinSeok salió del almacén y lo miro con sorpresa. JongDae sintió las piernas tambalear, el hombre pelinegro lucia tan hermoso como de costumbre, con unos vaqueros rasgados y una playera estampada y negra, le recordó que ni siquiera se había vestido bien para salir y le dio pena lucir sus pantalones de gamuza flojos y un suéter tejido café talla grande.

- ¿JongDae que haces aquí en tu día libre? - preguntó el hombre con una sonrisa cautelosa.

JongDae se trabo en las palabras, en realidad no daría su discurso ahí, frente a sus compañeros y clientes parado en medio del café.

- Yo... Yo quería... Bueno quiero decir... - le estaba siendo difícil expresarse frente a todos. Su rostro ya era todo un poema que se volvió frustrante, ansioso y muy incómodo.

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