Sonic intenta navegar por las complejidades de la vida en la Tierra con sus nuevos mejores amigos, un humano llamado Tom Wachowski y una (animal) llamada (T/N). Pronto deben unir fuerzas para evitar que el malvado Dr. Robotnik capture a Sonic y use...
A lo lejos, un pequeño erizo de 4 años corría con toda su energía. Una sonrisa plasmada en sus labios, sus pequeñas piernas se movían con todas sus fuerzas mientras sentía la adrenalina por todo su cuerpo.
Corría por todo el lugar, haciendo acrobacias en el proceso y rodando sobre el césped; se sentía feliz. Pasó el rato corriendo, hasta que llegó dentro del bosque donde se encontraba el hogar de Garra Larga, su figura materna. La búho estaba dormida de manera pacífica, pero el oji-verde la despertó al entrar repentinamente por la puerta mientras reía.
－Sonic, alguien te pudo haber visto.－ Exclamó con delicadeza la búho, mirando a su 'hijo' con ojos compasivos.
－¡Jaja, nadie me vio! Soy demasiado rápido, y...－ Sacó un girasol de entre sus púas, sonriendole a su 'madre'. －Quería traerte esto.－
Garra Larga sonrió, alzando su ala para recoger la flor, pero antes de poder tomarla, escuchó un ruido que provenía de afuera. Miró por la puerta, percatándose que ahí estaba la tribu de los Equidnas. －¡Agáchate!－ La hembra cubrió al erizo con sus alas mientras cerraba la puerta con su garra. Los Equidnas empezaron a lanzar flechas con sus arcos, algunos hasta rompiendo las ventanas, permitiendo que estos pudieran entrar.
Una flecha atravesó el cuerpo del girasol, el pequeño erizo abrió sus ojos ante esto y sintió la necesidad de llorar.
La búho frunció el ceño y agarró a Sonic con sus garras, salió volando por la ventana, rompiendola en ese instante. Los Equidnas siguieron disparando con sus flechas, Garra Larga esquivó la mayoría, pero una flecha le dio en su torso, provocando que ésta cayera al piso con un gemido.
Soltó a Sonic de su agarre y ambos rodaron por el suelo. Sonic se levantó y se acercó a la búho preocupado, Garra larga abrió sus ojos adolorida, intentando recuperar el aire, se alzó del suelo y levantó al erizo, explicó: －Escucha bien Sonic. Tu poder no se compara con nada que yo haya visto, significa que alguien siempre lo deseara. La única forma de estar a salvo es permanecer oculto.－ La búho sacó un anillo dorado de su bolso de la cintura, imaginando un mundo lejano del suyo con intención de proteger al erizo. Con solo lanzar el anillo al aire, el portal se abrió.
－Este mundo está en un extremo lejano del universo, estarás a salvo ahí.－ Aseguró con voz delicada. Sin embargo, el pequeño erizo agarrp el ala de su 'madre' y exclamó asustado: －¡No quiero irme sin ti!－ Garra Larga observó cómo Sonic temblaba, sujetando su ala con fuerza. La búho lo miró con dolor, y acarició su mejilla, －Debes hacerlo. Estos anillos serán tu posesión más preciada.－ Desabrochó la bolsa pegada a su cinturón y le entregó la bolsa con anillos a su 'hijo'.
La tribu Equidna se acercaba cada vez más, y Garra Larga lo sabía: －Si algún día te descubren, usa uno, jamás dejes de correr.－ La búho empujó al oji-verde hacia el portal que aún no se cerraba, －¡Ya vete!－ Le gritó mientras daba la vuelta, alzando sus alas en una pose defensiva. Sonic empezó a correr lejos del portal sujetando la bolsa con fuerza, volteó una ultima vez a mirar a su 'madre', quien no movía ni un músculo. El erizo frunció el ceño, －¡Garra larga!－ corrió para recuperar a la hembra, ella solo se dignó a mirarlo una ultima vez, con una suave y tranquila sonrisa, －Adiós, Sonic.－
Con ojos llorosos, el contrario no pudo evitar gritar de dolor, －¡NO!－
El portal se desvaneció en sus manos, el erizo lo traspasó mientras se quedó en estado de shock, intentando no llorar más de lo que estaba. Se quedó sólo, sin ayuda, sin apoyo, nada. Se quedó sin nada.
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Una semana después transcurrió luego del desastre, y una pequeña (animal) caminaba por el mismo bosque donde el incidente pasó. Ella lloraba sin parar, su pueblo había sido invadido por enemigos y su madre la alejó del lugar, no la ha vuelto a ver desde entonces.
Se limpiaba las lagrimas que salían de sus ojos, apretando con fuerza el cristal verde que estaba atado a su collar.
Agarró el anillo que tenía guardado con ella. La pequeña sabía sobre estos anillos, pero ahora que tenía uno en posesión, no sabía que hacer con él.
Las últimas palabras que su madre le dijo fueron: "Escapa de aquí."
Agarró el anillo y lo miró detenidamente, era alumbrante y hermoso. La (animal) quería usarlo para visitar un lugar, tal vez para entretenerse, pero claro, su mente de 4 años no sabía las consecuencias, como quedarse atrapada ahí.
Imaginó un lugar verdoso, bonito y con vegetación, un pueblo, como su hogar. Aventó el anillo para que empezara a transformarse, se abrió el portal con un nuevo camino, Green Hills.
Al entrar, la pequeña (animal) no se dio cuenta del lío en el que se metió. Buen viaje, (T/N).
