summer; 02

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[Capitulo  2]

POV Mar.

—¡vos sabes quien soy yo!

Los gritos de Simón se escuchaba en toda la recepción, discutía como hace diez minutos con el recepcionista del hotel que quería cobrarle el hospedaje.

El pelirro parecía enrrojecer aun más de lo que podía estarlo a punto de casi estallar, el chico que atendía trataba de explicar que aun siendo alguien famoso debía pagar.

—¡no soy famoso, idiota! —golpeó con su mano el enorme escritorio que los separaba —

Valentín que reía decido meterse, antes que nuestro pelirrojo amigo hiciera un completo escándalo por aquello.

—disculpa hermano —hablo —el salame este se llama Simón Tévez, hijo del dueño del lugar

Talvez si hubiéramos empezado por ahí ya estaría en mi cama acostada sin ningún tipo de problema.

El chico llamó a uno de sus superiores y en lo que esperábamos Ignacio y yo atacamos los sanguchitos de miga que habían sobre una mesita de cristal.

—Fernando, gracias a Dios que llegaste —hablo arto Simón —

El hombre de la tercera edad le dio un apretón de manos al pelirrojo, mientras le daba una feliz y dulce sonrisa.

—niño Simón, hace tanto que no te veía  —exclamó  feliz —no te preocupes tu padre habló con migo y me olvide de avisarle al personal que tu llegarias.

—no importa —miro acesinamente al pobre chico de la recepción que sólo hacia su trabajo —

El hombre de traje negro le entregó dos tarjetas que abrían la puerta de la habitación que iríamos a husar,Simón se despidió del hombre enviándole saludos a su esposa, en lo que nosotros tomábamos nuestras mochilas para ir a la habitación.

Subimos por el ascensor con detalles dorados y un gran espejo detrás nuestro, ya que ninguno de los cinco quería subir por las interminables escaleras.

Apenas bajamos del elevador Valentín salió corriendo de el, tenía una fobia inmensa de quedarse atrapado  en uno de ellos.

Reí ante lo exagerado que era el rubio y salí por última detrás de los cuatro chicos.

Nuestra habitación se encontraba al final, era la que husaba el papá  de simon cuando venia al hotel o alguna persona adinerada.

Simón paso la tarjeta y abrio la puerta para luego dejarnos pasar primero a luciana y a mi, todo un caballero.

Era bastante lindo, tenía un comedor junto a la sala que era vastante espaciosa, una cocina y tres piezas, supuse que los baños  se encontraban dentro de ellas.

—yo duermo en la pieza matrimonial —se apresuró a decir Simón —

El pelirrojo desapareció detrás de la puerta Blanca principal, Luciana entró a la pieza de alado en donde dejó sus cosas, por lo cual también sería mia.

Entre detras de ella y deje mi mochila sobre la cama al igual que la maleta, aprovechamos a ordenar la ropa en un placar de cuerpo completo, el cual dividimos para las dos y de dejar alguna que otra cosa de uso igenico en el baño.

—che, ¿vos que onda con el Tin? —le pregunte desde el baños —

—nada, somos amigos —sonó despreocupada —¿porqué? —pregunto dejando salir una risita histérica—

—porque estas re cariñosa —salí del baño con una sonrisa burlona—le hablas bien, le heces cariñito y un montón de cosas raras.

Volvió a reír y levantó  sus hombros.

—me voy a bañar —aviso mientras sacaba un toallon de su mochila —

Asenti con la cabeza y me tiré boca abajo sobre la cama, cerre  mis ojos por unos minutos hasta que escuché el agua artificial correr.

Decidí llamar a mi viaja antes que me olvidará y se preocupara más de lo debido, como acostumbraba a hacer.

—¿como están? —pregunto apenas atendió su celular—

Sonreí.

—bien, recién llegamos —explique mi retraso —

—¿qué van a hacer ahora? .

—no tengo ni idea, igual creo que nos vamos a quedar acá nomas.

Escuché los gritos de mi hermano más chico, de fondo, mandandome un beso.

—bueno, te cuidas —me ordenó —saca muchas fotitos y después me las mandas

—dale vieja, nos vemos —me despedí  —

—chau mi vid... —accidentalmente me cortó la llamada antes que pudiera terminar de hablar —

Aun no aprendía a usar un celular, eran cosas nuevas para ella.

Luciana salió del baños tapada con su toalla y todo su pelo rubio mojado, tome mi una de mis toalla  de baño y entre a el para imitar la acción de la rubia.

Me meti bajo la cálida agua  de la regadera que de a gotas mojaba mi cuerpo desnudo y descontracrurana mis músculos tensos.

Cerré mis ojos disfrutando el agua por unos minutos hasta que pequeños golpes en la puerta interrumpen mi relajación.

—Marchu, pedimos pizza —hablo Ignacio desde el otro lado de la puerta —

—¡bueno! —grite desde la ducha —¡Nacho!

Espere que me contestara.

—¿qué?

Teníamos la confianza necesaria para pedirle lo siguien.

—¿me traes la ropa que deje sobre la cama?, me la olvide —explique —

Escuché sus pasos alejarse y aproveche para pasar el jabón por mi cuerpo.

La puerta se abrió y supuse de inmediato que era Ignacio con lo que le había pedido minutos antes.

— me matan las ovejitas  de tu tanga —brome entre risas —

Sentí mi cara arder de vergüenza para luego chillar su nombre, agarre el shampoo y sacando sólo mis manos y mi cabeza por detrás de las cortinas, apreté el pote del shampoo haciendo lo expulsar por la abertura y caer en la remera limpia de Ignacio.

—¡te mató pendeja! —se quitó la remera manchada con shampoo y con sus ojos cerrados se acercó a mi —

Paso la crema para pelo que habia en su remera por mi cara, cuello y hombros, en respuesta volví a apretar el pote está vez manchando su pecho.

Ignacio resbaló  con el agua fuera de la ducha y se sostuvo de mi para no caer en el piso logrando que mi cuerpo desnudo quedara a su vista, inmediatamente solte el shampoo y tape sus ojos con ambas manos, segundos despues estalló de risa.

—estupida —río —

La puerta del baño se abrió dejando ver la escena mal entendída que cualquiera podía tener al vernos a los dos en la ducha, del otro lado del marco Luciana miraba con sus ojos abiertos.

Junte mi cuerpo mojado al cuerpo del morocho, para evitar que la rubia también me viera desnuda.

—no flashees —le advierto —

—no garchen en el baño par de cochinos —bromeo —

Salió del baño cerrando la puerta detrás suyo.

Ignacio se dio vuelta con sus ojos cerrados y camino hasta la salida de igual manera, me reiria si no fuera yo quien estubiera desnuda.

Me termine de bañar apresurada y me cambie por la ropa que me había traído Ignacio.

Cuando salí de la pieza me encontré a los cuatro chicos sentados en la mesa comiendo pizza sin esperarme, los mire mal y me sente junto a Valentín.

—che perro, ya estrenaron baños —se burló Simón mientras llevaba un pedazo de pizza a su boca —

Ignacio  le pego en seco y lo miro mal, se lo merecía después de todo.

Summer; EckoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora