Olor a rosas | yoonseok | Vmon|

pasado tortuoso

Sí le preguntaran cual era su mayor pecado, diría que es el egoísmo y sobre todo la envidia. Quería lo que otros tenían, sin referirse a bienes materiales o solvencia económica. Deseaba esa estabilidad mental, añoraba el amor y rogaba por alegría. En cambio lo único que tenía era una enfermedad que lo mataba de a poco y un insomnio que le causaba episodios distimicos. No había felicidad, risas, ni mucho menos calidez. Estaba acostumbrado. Pero se atrevía a quererlo, a luchar por una vida que nunca tendría.
      En ocasiones se quebraba tanto que se ahogaba en llanto. Se perdía en los recuerdos, estaba dañado, roto y se sentía cómo la mierda. Odia a la gente, el ruido constante; recuerda que en algún momento de su vida amó la música, pero hoy parece más una ilusión que un recuerdo.

   Se encontró a si mismo observando la blancura del techo, sin haber dormido nada. Tenía los ojos irritados y sentía una pesadez enorme en el pecho. Sabía que si no lograba conciliar el sueño podría tener un ataque psicótico. No estaba listo para ello, pero siendo realistas ¿quién lo estaría?.

"Toma estas pastillas cada noche que necesites dormir, pero por lo que más quieras, no eleves la docis. Recuerda qué aún estas en observación, no sabemos que efectos podría causar"

No creyó llegar con su psiquiatra, pero lo necesitaba, habían pasado seis meses ya, y no había conseguido dormir más de una hora diaria. Su cuerpo estaba cansado y hasta en ocasiones desorientado. Esperaba que esas pastillas fueran su salvación. Le quedaba un año de carrera, un maldito año más  y estaría fuera de esa jodida institución. Estaba orgulloso, después de haber perdido a sus padres creyó que moriría solo. No había noche que no se culpara, recordaba con claridad los sonidos de su casa siendo irrumpida, de la puerta siendo destrozada, sonaba cómo una tormenta cada que la madera se agrietaba. En su mente tambien se proyectan los mares de sangre que salpicaban su rostro, aún puede escuchar su propio llanto y los gritos de su madre. Una dura experiencia para un niño de diez años. Siempre espero que siendo adulto pudiera superarlo, y en gran parte lo hizo. Consiguió un trabajo estable vendiendo autos para una gran compañía, claro, le molestaba andar de traje, pero no se quejaba, tenía al mejor amante, y sobre todo era constante con sus estudios, su vida estaba tomando un rumbo agradable.

Después de recoger su medicación YoonGi se encaminó al mercado, quería comprar unos vegetales para un caldo, pues el pequeño Hoseok esta en cama con un resfriado descomunal.
     A los ojos de YoonGi, Hoseok era un chico descarreado, tenía la idea de que tal vez era una mierda en la escuela y por eso es cómo es. Le tenía un poco de lástima, el sabía que en su mayoría los chicos como jung terminaban mal. No quería eso para el chico. Estaba jodido, era irónico que alguien como el quisiera ayudar a Hoseok, no era el mejor ejemplo de todos, pero era constante y sobre todo muy paciente.

Ahora tenía un propósito más. Ayudar al pequeño jung.

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