Hasta siempre

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Día #1

Mi novia es una persona encantadora, el tipo de chica que toma tu mano, te abraza el brazo, por extraño que suene, o que te rodea con sus brazos desde la espalda, solo queriendo darte una pequeña sorpresa para verte feliz, para verte sonreír. La quiero como a nadie jamás había querido, la amo, y en ella he encontrado el amor que nunca pude hacer con otra persona.

Olvidé decirlo, llevaré este diario escribiendo recuerdos que tenga con ella, para leerlos una vez hayamos envejecido juntos y poder recordar con ternura estos momentos.

Día #2

Hoy por fin conocí a su familia, y es encantadora. Francamente creí que sería más complicado encajar en su hogar, por el contrario logré meterme un poquito en sus corazones, quiero asegurarme una cálida bienvenida en su familia. Quiero demostrar que soy un buen candidato para ella, y que estoy dispuesto a todo por verla feliz.

Día #3

Supongo que, en toda relación, debe haber al menos una pelea, mejor dicho, una discusión. No íbamos a ser la excepción, hoy discutimos, por una tontería para ser sincero, y estoy dispuesto a enmendar mi error con  ella.

Día #4

Hoy fue un día hermoso. Fuimos juntos a un parque de atracciones, ya sabes, una cita típica de adolescentes enamorados, comiendo golosinas y comida chatarra, paseando por la zona tomados de la mano, siendo, casi avanzamos dando pequeños saltos. Nuestra aura de romance inundaba el corazón de toda persona alrededor. Pero mi parte favorita, sin duda, es y será por siempre, aquel beso en la rueda de la fortuna. La puesta de sol a nuestras espaldas, la baja velocidad de aquella máquina, el ambiente tan dulce que creamos con nuestras miradas llenas de júbilo. Un día de una cita perfecta.

Día #5

De nuevo visité su casa, con su familia, pero ella se veía un poco decaída, no emocionalmente, solo que su cuerpo denotaba cierta anormalidad. Preferí no pensar en eso, y me lo guardé, o al menos, hasta que su equilibrio parecía desvanecerse, casi desmayandonse.

Día #6

Ha pasado un tiempo desde que escribí en este diario. Ya lo suponía, pero ahora lo confirmé asistiendo a terapia y, bueno, tengo ansiedad con cierto grado de depresión. ¿Por qué ir a terapia? Me afectó severamente ver en ese estado a mi novia. Mi estado de ánimo comenzó a afectar a a mi cuerpo también; dolores en las extremidades, en el pecho, dolor de cabeza punzante, agotamiento físico, insomnio, más de lo habitual. En fin, necesitaba ayuda, ayuda profesional, me decidí a buscarla y... Aún así, sigo temiendo por el bienestar de ella.

Día #7

No... No entiendo... Todo parecia ir bien y, de pronto, su salud empeoró. Ella ha tenido muchas consultas médicas, no sé cómo saldrá todo esto, y ni siquiera sé qué está pasando. ¿Cuál es su padecimiento? No tengo idea.

Día #8

Nunca ha sido del todo sincera conmigo, siempre evade el tema de su salud y yo... Me siento como un idiota dejando que la ansiedad me consuma y la bombardee de preguntas respecto a su salud. No sé qué hacer, tengo mucho miedo de perderla... No puedo vivir sin ella.

Día #9

Por fin sucedió, el atardecer que antes me encantaba, hoy, se ve más lúgubre que nunca. Mis uñas siguen doliendo, por haberlas clavado en ese ataúd... No, esto no está pasando, ella... Ella un día me mandará un mensaje de nuevo, diciendo que todo está bien, sí, eso debe ser, como todas las otras veces que su salud decayó y... Y al día siguiente me mandaba un mensaje informándome de su bienestar

Día #10

El mensaje... El mensaje no llega, y ya pasaron... Dos, quizá tres semanas, ¿Por qué no llega el mensaje?

Día #11

Ya no duermo, esperando el tono de notificación, a veces tampoco puedo probar bocado, he vivido los últimos meses en mi cuarto. Y estoy empezando a creer que no llegará ese mensaje. Lo más difícil del asunto es acostumbrarme a una nueva rutina donde ella no está presente. Me acostumbré tanto a su presencia. Mi mamá no soporta verme llorar, me decidí por contactar a un psiquiatra para comenzar a medicarme. Quizá esté dopado todo o casi todo el tiempo, pero mi mamá ya no sufre tanto por mí.

Día #12

Hace mucho perdí la noción del tiempo... Mi cuerpo se cansó, aunque ahora como y duermo más... Mucho más. No me recuperaré de esto jamás, porque... Mis sueños quedaron enterrados en ese ataúd.

Día #13

Lo que parece fue un año... Dios, fue muy tortuoso. Por fin pude visitar esa tumba, en el aniversario luctuoso, a poco menos de un mes de su cumpleaños. En compañía de su familia, igual, tal vez más o tal vez menos dolida que yo, dejamos flores. Hasta siempre... Hasta siempre mi amor, espero verte alguna vez, y no sé si quiero que eso no pase pronto... No por el contrario, suceda cuanto antes.

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