2

3.1K 165 247
                                    

Asahina suspiró, para acto seguido ver a Kirigiri. Al contrario de lo que pensaba Asahina, Kirigiri no se veía enojada, parece que ni siquiera le dio importancia a eso, pero se debía a que se encontraba más aliviada que antes, saber que aquella chica que había besado a Naegi en la mejilla era su hermana, logró hacer que el dolor desapareciera.

—Lo lamento, Kyouko.

—¿Eh? No hay problema.

—Por favor dime que se lo entregaras.

—¿Hm? Está... Está bien.

—¿Lo prometes?

—Lo prometo.

Asahina suspiró aliviada, pero las miradas seguían sobre ella, lo cual obviamente notó.

—¿Qué fue eso, Hina? —preguntó Hagakure.

—Sí, ¿vas a espantar a cada chica que venga? —rio Kuwata.

—Sigan hablando y no les daré chocolate —advirtió la morena, a lo cual ambos callaron.

—¿Tuviste una pelea con Tsumiki? —preguntó Naegi preocupado— Porque si hizo algo que te ofendier...

—¡Naegi! —interrumpió Asahina, buscando acabar el tema— Alcánzame mi bolso, por favor.

Confundido, el muchacho obedeció. La nadadora no hizo mucho, simplemente sacó una caja enorme con diversos chocolates y la dejó sobre la mesa.

—Ahí tienen —declaró mirando a los chicos.

—¿Eh? ¿Debemos compartir? —preguntó Kuwata.

—Si no quieres, no comas.

Ninguno desaprovechó, y como animales salvajes fueron tras los bombones que les parecían más apetecibles, salvo Naegi, quien seguía mirando a Asahina.

—Tsumiki no es mala, ella...

—S-S-Sólo quería darte mi chocolate antes que ella, ¿bien? —mintió— Pero... tal vez si exageré un poco.

—Oh... No hay problema, pero por favor discúlpate con ella más tarde, probablemente ahora piensa que la odias o algo.

—Lo hare, lo hare —suspiró—. Por cierto, toma.

—¿Hm?

De su bolso, sacó una bolsa plástica con pequeños chocolates dentro, todos con forma de donas y se la entregó al castaño, el cual pareció confundirse.

—Éste es para ti, no lo malentiendas, es de la amistad también.

—¿Eh? ¿Por qué a Naegi tiene chocolate propio? —cuestionó Kuwata.

—Porque él me agrada más. Como dije, si no quieres, no comas.

La nadadora miró una vez más a Kirigiri, para luego señalarle a Naegi con los ojos, como diciéndole "Hazlo".

—Eh, Naeg... —musitó en voz baja la detective.

Una vez más, la puerta se abrió.

—¡¿Makoto sigue aquí?! —cuestionó una muchacha con guitarra en la espalda. Sus ojos rosados miraron toda el aula, hasta dar por fin con el afortunado— ¡Sigue aquí! —le gritó a alguien fuera del aula.

La guitarrista rio, para acto seguido adentrarse en el salón de clases. Eso confundió un poco al castaño, pero conocía a la chica, Ibuki Mioda, una compañera de clases de Tsumiki. No pasaron ni cinco segundos y más personas empezaron a entrar, todas chicas de la clase setenta y siete.

¡No me gusta! (Naegiri) Two-ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora