Capítulo 9

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CAPÍTULO 9

EL CÍRCULO VICIOSO.

Después de que la madre de mis chicos nos interrumpiera en pleno acto, —lo cual fue muy vergonzoso

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Después de que la madre de mis chicos nos interrumpiera en pleno acto, —lo cual fue muy vergonzoso.— como pueden imaginar, si, alguien se tuvo que reír, y ese alguien fue Cameron, no dejaba de reírse, Caleb y Connor estaban enojados porque no pudieron terminar.

Se cambiaron, los chicos se pusieron unos pantalones Jean y polos, mientras que Emma se puso un short y un polo de ellos.

Después fueron a la cocina, donde les esperaba la madre de los hombres lobos, dicha persona al verlos llegar, literalmente ignoró a sus hijos y se lanzó directamente a Emma.

—¡Hola, querida, es un gusto al fin poder conocer a la persona que calmó los deseos sexuales de mis niños!

Emma al escuchar ese comentario se ruborizó, su cara no podía estar más roja, estaba peor que un tomate, ¿por que me haces esto Dios?—se preguntó Emma.

—Buenos días, señora, un gusto.— susurró tratando de sonar lo más amable posible. 

—¡No seas tímida, querida! Me llamo Sarah, por cierto. ¿Qué tal? ¿Cómo la estás pasando aquí? ¿Mis hijos ya te hicieron rabiar?—exclamó divertida.

Si tan solo usted supiera, señora, si tan solo lo supiera. —pensó Emma.

—Hola, señora Sarah.—no sabía que más responder, Emma, estaba avergonzada.

—Llámame Sarah, querida.—se dirigió a sus hijos.— ¿y ustedes? ¿No van a saludar a su joven madre?

—Eso queríamos hacer, pero nos ignoraste para atolondrar a nuestra mate con tus preguntas.—respondió Connor.

Su madre le dio un golpe seco en la parte trasera del cuello y mirándolo mal, le dijo.

—Respeta a tu madre.

—Dale más fuerte, madre.—le respondió Cameron.

—Cállate, Cam.—le respondió un Connor tenso.

Caleb por su lado, solo miraba divertida la escena y se acercó a su mate para agarrarle la cintura.

—Hola, cariño.—habló para después comenzar a oler su pelo y ronronear levemente.

La única cosa que hizo Emma fue acurrucarse a su costado.

Mientras que los dos mates restantes y su madre, miraban la escena con dulzura.

Pasaron las horas y Sarah no se retiraba, hasta que dieron las cinco de la tarde y Sarah por fin se retiró, dejando solos a nuestros protagonistas.

Pero no todo fue felicidad, porque los tres hombres lobos tuvieron que retirarse para hacer sus labores y proteger a la manada y Emma se quedó sola, como ya estaba acostumbrada.

Pero Emma no dejaba de cuestionarse algo... antes de que los chicos se fueran, ellos empezaron a actuar raro, no quería pensar mal, pero no podía dejar de hacerlo, Emma nunca había estado tan frustrada consigo misma.

Emma se dispuso a irse a la habitación que compartía con sus mates y ahí permaneció toda la tarde y parte de la noche, hasta que al fin decidió irse a la cocina por algo de comida para de nuevo volver a la habitación.

Pasaron las horas, y sus chicos no volvían... hasta que recién a las 12 de la noche, escuchó la puerta abrirse y cerrarse, para luego escuchar voces.

Emma estaba tan aliviada, no se pasó nada.—se dijo mentalmente.

Emma fue a recibirlos, alegre, ya que la habitación se encontraba en el segundo piso, bajó por las escaleras rápidamente y pasó toda la casa para llegar a la puerta, donde estos se encontraban.

—¿Donde estaban?—dijo ansiosa.—¿Por qué se demoraron tanto?

—Estábamos trabajando.—respondió secamente Connor.

—¿Esta todo bien?—se preocupó Emma.

—Perfectamente.—volvió a contestar secamente Connor.

—¿Están molestos?—susurró Emma.

—No, Emma, no estamos molestos, vete a descansar.—trato de calmarla Cameron, pero no lo logró.

—No, no lo haré, ¿por qué están con esa actitud?—se acercó a ellos, para que pueda tocarlos.—¿por qué me están...—antes de que pueda terminar, Emma sintió unas horribles náuseas, y corrió hacia el baño de su habitación, lo cual fue tonto porque era el baño más lejano, pero también era el único baño que conocía, era eso o vomitar en plena estancia.

Ya en el baño, vomitó, las arcadas eran los peor, esto era asqueroso, rogó que no vinieran a ayudarla, que se quedaran esperándola, pero como se imaginaba, ellos llegaron.

Connor sobaba su espalda, Caleb le susurraba, mientras que Cameron agarraba su cabello.

—Váyanse de aquí, por favor, esto es asqueroso.—después de decir eso, volvió a vomitar.

—Shhh, no nos iremos.—después de un rato, Emma por fin dejó de vomitar y se dirigió al lavamanos.

—¿Estas mejor?—preguntó Cameron.

—Si, ¿no me ves?—se dirigió a él sarcásticamente.

—Emma...—le reprendió Connor.

—¿Qué? ¿Así no estaban actuando ustedes conmigo? ¿Solo ustedes pueden apartarme? Están bien equivocados.—dicho esto se retiró del baño.

Lo que Emma no sabía era que los hermanos Coleman le estaban protegiendo.

Emma no entendía el por qué, por qué de nuevo le volvían a tratar igual. ¿Esto iba a ser lo de siempre? ¿Sería el mismo círculo vicioso? Si ellos me tratan así, yo también lo haré...

Esa noche, sus chicos no durmieron con ella, y Emma se durmió con lágrimas en los ojos, pensando cosas negativas y con miedo de que otra vez le dejaran a un lado.


Sé que el capítulo es corto, pero lo prometido es deuda, mañana el último capítulo de la maratón.
Muchas gracias por leer mi historia.

Ella Es Nuestra [+18] #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora