Capítulo 10

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CAPÍTULO 10

LA NOTICIA


Pasaban los minutos, las horas y los días, y nuestros protagonistas no se hablaban, nadie decía palabra alguna, eso aumentaba la impotencia de Emma, no tenía idea alguna de lo que estaba ocurriendo, ella no hizo nada, ellos tampoco, no entendía el...

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Pasaban los minutos, las horas y los días, y nuestros protagonistas no se hablaban, nadie decía palabra alguna, eso aumentaba la impotencia de Emma, no tenía idea alguna de lo que estaba ocurriendo, ella no hizo nada, ellos tampoco, no entendía el por qué se comportaban tan fríos con ella.

Los malestares de Emma llegaron, sentía náuseas, dolor de cabeza, entre otras... Emma estaba tan perdida que le importaba poco sus malestares, no les tomó importancia, lo que no sabía era que esos malestares le podían hacer perder la vida.

Eran las diez de la noche, Emma no había comido, ese día su apetito no apareció, estaba en la habilitación, los chicos aún no llegaban del trabajo, ella estaba de nuevo sola, fue una semana difícil para ella.

Pasaban los minutos, y los hermanos Coleman recién se dignaron a aparecerse por la habitación que compartían con Emma, al llegar la encontraron con la mirada perdida, ellos no querían hacerla pasar por esto, pero era por su seguridad, ella estaba en peligro, debían alejarla, y por alejarla se referían al sexo.

Ellos al no ser más fuertes que sus hormonas, se alejaron, porque si ella les sonreía, ellos lo único que harían, sería querer follarla y no podían permitirse eso ahora.

Pero en cuestión de segundos, Emma se levantó y se dirigió al baño, los Coleman le siguieron rápidamente, para agarrar su cabello y sobarle cualquier parte del cuerpo.

—No me toquen.— susurró Emma después de levantarse para irse a lavar los dientes.

Los hermanos no respondieron, pasaron los minutos, nadie decía ni una sola palabra, Emma al sentirse tan incomoda alrededor de ellos, tomó una almohada con una manta y se dirigió a la sala, para luego echarse en el sofá más grande y largo de la estancia, nadie la detuvo, eso fue lo que más le dolió a Emma.

Al día siguiente, Emma no podía pararse, se mareaba rápidamente al hacer el ademán de levantarse.

Emma al escuchar a los Coleman bajando, se tragó su orgullo para gritarles:

—¡Chicoooooos!—

—¡¿Estás bien?—gritaron los tres de vuelta para luego aparecerse al lado suyo.

A los hermanos no les gusto para nada la vista, tenían al frente suyo una Emma pálida y con ojeras.

—¿Me podrían ayudar a llegar hasta arriba? No creo tener la fuerza para llegar hasta la ha...

Connor se acercó para tocarle la frente, y al hacerlo se dio cuenta lo caliente que estaba.

—¡Emma estas que ardes!

Al instante, la llevó a su habitación para luego depositarle en la cama para que pueda descansar y así lo hizo.

Emma sintió una suave sacudida que la hizo despertar de su profundo sueño.

Lentamente abrió sus ojos para que pueda acostumbrarse a la luz, los Coleman se acercaron decididos a contarle el por qué de sus actitudes.

— Cariño, tenemos que hablar contigo.—le dijo Cameron con mucha tranquilidad.

—¿Y ese milagro? Porque lo único que estuvieron haciendo está semana fue no hablarme.—respondió a la defensiva.— ¿El ratón ya les devolvió sus lenguas?—se rio fuertemente.

—Emma, ese tema es serio. — dijo Caleb.

—¿Qué? ¿Al fin me dejarán libre o...? No, nooooo, ¡ya sé! ¡Dejarán de jugar con mis sentimientos! Ding ding diiiiiiing, tenemos un ganador.

Para sorpresa de Emma ya no tenía malestar alguno, lo único que quería era pelear.

—¡Cállete!—gritó Connor.

—¿Qué? ¿Me volverás a pegar de nuevo? ¡Hazlo, ya no espero nada de ti! ¡Vamos, lobito, hazlo!

—¡Todo esto es por ti, todo lo que hacemos, nuestra maldita actitud es por ti, maldita sea!—gritó Cameron

Emma comenzó a llorar, no quería que Cameron le comenzara a gritar como lo hacían los otros dos hermanos.

—¡¿Tú también empezarás a gritarme al igual que ellos?! ¡Perfecto, mi vida no puede ser mas perfecta!
Salgo de una cárcel para entrar a otra.—susurró por último Emma.

—¡Emma lo que te queremos decir es que estás EMBARAZADA, por eso no podemos acercarnos a ti, porque cada vez que nos hablas, nos sonríes, incluso cuando nos miras te queremos follar, y tenemos miedo de lastimar a nuestro futuro bebe!—esta vez gritó Caleb, tratando de que Emma se enterara de una vez por todas lo que le estaba pasando y el por qué de sus actitudes.

—¿Qué?—susurró Emma.—no... yo no puedo estar embarazada, ¡no puedo, joder!—lloró

—¿No estas feliz?—preguntó tristemente Connor.

—No es eso...—se trató de explicar Emma.— solo que... c-cuando yo vivía con mi tío, me violó y al día me encontraron unas vecinas, porque escucharon mis gritos, ellas me llevaron al hospital, —Emma se detuvo, necesitaba fuerzas para poder continuar.— y el doctor me dijo que nunca podría tener hijos, que mi interior estaba tan dañado que ningún espermatozoide podría permanecer ahí, que un bebé nunca podría estar en mi vientre.—después de una pausa, les dijo.—Por favor, no me mientan, no soportaría otra mentira mas.

—¿Te está escuchando?—le preguntó cabreado, Cameron.—¿Tú crees que jugaríamos con algo así? ¿Con nuestro hijo?

—Lo siento.—susurró Emma cabizbaja.

Después de eso, Emma se puso a llorar.

—No me vuelvan a alejar, no sé si podría soportarlo, si hay algún problema, díganmelo, lo resolveremos juntos, no me vuelvan a dejar a un lado, por favor, los necesito.—

Después de hablar, Emma sintió que sus tres chicos la abrazaban.

—Todo estará bien, amor, estamos contigo. Perdónanos por ser tan imbeciles, te prometemos mejorar.—dijo Caleb con lágrimas en los ojos.

Emma vio algo ese día que nunca se imaginó.

Vio a sus tres hombres llorar, por primera vez delante de ella.





Este es el último capítulo de la maratón.

Como siempre, gracias por leer mi historia, Dios los bendiga.

Ella Es Nuestra [+18] #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora