Ella Es Nuestra [+18] #Wattys2019

Capítulo 6

CAPÍTULO 6

QUÍTATE ESA IDEA DE LA CABEZA.

Emma solo tenía pensamientos inseguros de sí misma.

Ella nunca fue una chica segura, ella siempre era la niña que escogían al último, nunca le escogían para que representara a su salón en belleza o en algún reinado, porque en Perú es así, para el aniversario de su colegio, cada salón escogía una candidata para que represente en una reinado, donde habían tres niveles.

Y ver a esa mujer besando a uno de sus Mates, solo le hacía sentir más fea de lo que ya se sentía.

Emma escondió su cabeza en el pecho de Connor y dejó caer algunas lágrimas, luego de eso, Connor le acariciaba el cabello y hablaba con Caleb, pero Emma estaba tan concentrada en que no salgan sus lágrimas o simplemente que sean silenciosa.

Caleb separó inmediatamente a su hermano menor de la zorra que estaba cerca suyo, y simplemente le agarró de los pelos a las pelirroja y le sacó de su mansión, dejándole una advertencia.

Emma ya estaba calmada, pero no quería ver a Cameron, él era el que menos daño le había hecho, pero ahora ya no podía pensar o sentir lo mismo.

Nuestra dulce protagonista se quedó encerrada en la habitación que compartía con sus Mates, no quería ver a nadie, apenas había comido y se sentía débil, así que se dispuso a dormir.

En la sala de la mansión de los hermanos solo se podía escuchar gritos y más gritos.

—¡Yo le aparté de mi! ¡Maldita sea! ¿No vieron como le empujé para que dejara de besarme?—dijo el menor de los hermanos Coleman.

—Por tu culpa Emma está mal, ¿tú sabes el dolor que se siente al ver a tu mate besándose con otra? Emma ahora tiene un dolor inmenso en el pecho por tu maldita culpa.—explotó Connor.

Cameron solo se quedó callado, el pelirrojo no sabía que hacer, se sentía mal, no era su culpa, él no había respondido el beso, y tener a sus hermanos culpándole por el dolor de su mate, no le ayudaba.

Caleb lo único que hacía era observar callado la conversación que sus hermanos tenían.

Cameron, no podía seguir escuchando las quejas de sus hermanos; fue a la habitación donde estaba Emma, su querida mate, a la cual había hecho daño sin darse cuenta, sin ser él el maldito culpable.

Tocó la puerta desesperado, rogando que su pequeña abriera la puerta y le viera con esos ojos tan cautivadores que tenía.

—Emma, por favor, tienes que dejarme explicar, tu misma viste que ella fue la que se lanzó, yo simplemente le aparté. Dios Emma, tienes que creerme. Por favor, amor...—antes de que pueda decir otra palabra, la puerta estaba siendo abierta por diminuta persona que había conquistado su corazón y el de sus hermanos.