Capítulo cuarenta y dos
Hora de un buen plan
—Buenas tardes.
Sí, Snape acaba de saludarnos. Esto es raro.
Yo hago un movimiento con la cabeza, saludando, y miro hacia otro lado. Los cuatro estamos mudos.
—¿No deberían estar disfrutando del sol afuera?
Seguimos callados, y yo lo miro de reojo, observando sus movimientos, esperando su momento de ataque. Dentro de mí, mi vocecita chilla como una alarma de alerta.
—Me quemo fácilmente, y hay que cuidar la piel —digo, acordándome de lo que me dijo Lavender—. Usted tiene piel pálida como yo, debe saberlo bien. —Lo sorprendo con mis palabras atrevidas, pero no dice nada al respecto.
Leyla: 1. Snape: 1908242145653. Ups… Creo que voy perdiendo.
—Cuidado, Potter. No anden en cosas turbias —advierte—, Gryffindor ya no puede perder más puntos. Nada de vagabundear o merodear por las noches, porque yo mismo me encargaré de que los expulsen si es así. Cuídate, Potter —insiste—. Que pasen un magnífico día.
Y se va, con su capa negra ondeando con la túnica, barriendo el suelo de piedra. Me estremezco para terminar de quitarme su presencia terrorífica.
—Espantoso —dice Ron—. Que Snape nos desee “un magnífico día” es escalofriante.
—Concuerdo.
—Chicos, presten atención —dice Harry, volviéndonos a la gravedad de la situación.
Escucha bien Leyla.
Pero si ya entendí…
Repasemos todas las porquerías del día de hoy, a ver si recuerdas por qué Harry actúa así. Estás un poco dormida, tesoro.
¡Pero…!
Número uno: Snape va a robar la piedra hoy mismo.
Ah, no me digas…
Dos: Dumbledore acaba de salir del colegio y no volverá hasta mañana. O sea, están perdidos.
Qué optimista…
¡Tres! Quirrel ya le dijo a Snape cómo burlar a Fluffy, así que tiene vía libre.
Maldita sea, así no escucho lo que está diciéndome Harry…
¡Cuatro! Les pidió que se queden en la sala común para que no interfieran. O sea, ¡INTERFIERAN AHORA MISMO!
—Ahora mismo —concluye Harry, coincidiendo con mi voz interior. Miro a Ron y Hermione, en busca de algún signo de complicidad para que luego me cuenten de qué se trata, pero como ellos no tienen vocecitas interiores chillonas, molestas y pesimistas pudieron oír bien el plan. Hermione va tras Snape y veo que se detiene delante de la sala de profesores, oculta en parte para no resultar muy sospechosa. Supongo que tendrá que vigilarlo.
Ron y Harry se dan media vuelta y se dirigen hacia la escalera. Cuando están a mitad de camino en los escalones reacciono y corro detrás de ellos hasta el tercer piso. Una vez que estamos todos juntos, ambos se miran.
—Creo que a Leyla realmente le afectó el sol —dice Ron.
—¿Qué haces aquí? ¡Debías quedarte con Hermione para convencer al profesor Flitwick de que debían hacerle una pregunta! —dice Harry.
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Leyla en Hogwarts: La piedra filosofal | (LEH #1)
FanfictionHistoria destacada en Wattpad. Una nueva versión de Harry Potter y la piedra filosofal, llena de humor y desde una original perspectiva. Leyla es la vergüenza de los Blair-Black... aunque ni ella sabe por qué. Cuando entra a Hogwarts, dispuesta a...