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Narra Tomás

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Narra Tomás.

- ¿Me lo preguntas en este estado?. - me miró. - No vas a acordarte de nada cuando estés conciente, no vale la pena hablar ahora.

- No quiero estar conciente si tuviste algo que ver con que Hache termine en el hospital.

- Mirá Tomás, yo no tuve nada que ver con eso. - escupió. - Matías es mi primo, anda en cualquiera pero no se nada ni sabía nada de su vida hasta hoy.

- ¿Hoy?. - la miré y pensé un poco. - ¿El salame ese es tu primo?. - recordé el pibe que estaba en su puerta y asintió.

- Si. - suspiró. - Pero como es eso de que yo tuve que ver con lo que le pasó a Hache. - me miró dolida. - Tomás dormimos juntos ese día, ¿como vas a decirme eso?.

- Entendeme Julieta. - me levanté enojado. - ¡Mi hermano se fue de mi casa y ahora por alguna razón odia a mi novia!, ¿que mierda querés que piense?. - la ira me invadió y la empujé un poco.

me rescaté de lo que estaba haciendo y cuando miré sus ojos acumulaban lágrimas.

- Andate ahora. - señaló la puerta y su voz se quebró.

- Juli yo... - quise acercarme pero se alejó y vi algo de terror en sus ojos.

- ¡Tomás andate ya!. - elevó la voz y sus lagrimas salieron.

no podía verla llorar, no quería saber que yo era la causa de que sus lagrimas caigan sin parar.

- Nunca más en tu vida vengas en este estado a hablarme a mi. - ordenó con su voz afectada y sus lagrimas en la cara. - Yo no tengo la culpa de que seas un drogadicto que no se puede controlar.

- ¿Eso soy para vos?. - sus palabras dolieron porque sabía que todos pensaban eso, mi hermano y ahora parecía que ella. - Julieta perdón. - mi voz también se quebró. - Tengo miedo, tengo miedo de quedarme solo.

- No puedo. - tapó su cara mientras trataba de contener su llanto. - No puedo verte así, no puedo soportar la violencia que manejas en este estado Tomás.

- Perdón, en serio perdóname. - mis lágrimas también salieron, la había lastimado, cegado por la droga y el enojo y yo no quería ver nuevamente los ojos de la decepción.

- Quiero estar sola Tomás. - se alejó. - No puedo verte así, voy a pedirte un remis.

bajé la cabeza, ella se alejó a pasos lentos y agarró el teléfono fijo, encargando un remis.

Narra Julieta.

colgué el teléfono y miré al peliverde desde mi lugar.

- No me mires así. - suspiró. - No me mires como si fuera un monstruo. - sus ojos rojos llenos de lágrimas se clavaron en mi. - Lo hizo todo el mundo, no lo hagas vos también.

pero es que no sabía cómo mirarlo, en ese estado no era Tomás, no era el Tomás del que yo estaba enamorada y por mucho que quisiera no sabía si el podría dejar esa vida, desde chico vivió en eso.

- No se como mirarte. - admití. - No en ese estado.

- Perdón, no quise ponerme así. - limpio sus lagrimas antes de volver a mirarme. - No te quiero lastimar, a vos nunca.

- Vos no. - suspiré. - Pero drogado dejás de ser vos Tomás.

- No amor soy yo. - se acercó y por instinto retrocedi. - No hagas esto Julieta. - sus lagrimas volvieron a salir. - No quiero ver el miedo en tus ojos cuando mires los mios.

- Es que en este estado no puedo mirarte de otra manera. - admití. - Tengo miedo Tomás. - solloce. - Tengo miedo de que por la droga te pierdas y me lastimes.

 - Tengo miedo de que por la droga te pierdas y me lastimes

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𝘼𝙛𝙩𝙚𝙧 𝙃𝙤𝙪𝙨𝙚 𝘾𝙍𝙊𝘼𝙕𝙕𝙐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora