"Lazos de familia; Emiliaco (adaptación)"

Capítulo 3

Capítulo dedicado a sweetyemiliaco para que tengas más que leer xD
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Siente que le zarandean para intentar despertarle pero tampoco hace falta. El persistente y penetrante sonido del llanto del bebé le hace abrir los ojos de golpe. Joaquín está de pie con la niña en brazos en su lado de la cama.

- Levántate, no voy a ocuparme solo de todo esto- le ordena descorriendo el edredón de un tirón.

- Tú puedes con todo- murmura con los ojos cerrados tanteando por la cama en busca de algo de abrigo.

- O te levantas ahora mismo o te prometo que te pego un tiro- amenaza quitándole de nuevo el edredón.

A regañadientes sale de la cama sabiendo que su compañero es capaz de cumplir su promesa. Se pone las pantuflas y le sigue escaleras abajo hasta el salón donde Joaquín tumba al bebé sobre el sofá.

- ¿Qué la pasa?- pregunta dejándose caer con pesadez sobre el sillón.

- No tengo ni idea.

Emilio se acerca hasta la cría y la examina de arriba abajo como si así pudiera encontrar el motivo de su llanto constante.

- ¿Quieres dejar de mirarla de esa forma? No es una bomba a punto de estallar.

- Eso es porque no la has olido- rebate Emilio poniendo cara de asco- Estoy convencido al 99% de que se ha hecho del baño.

- ¿Solo ese porcentaje?- pregunta Joaquín con sarcasmo tomando a la niña el brazos y regresando a su dormitorio para cambiarla.

Su compañero le sigue como un perrito esperando ver al chico en acción con un bebé. No se le hace raro verlo manejar armas, cuchillos, incluso desactivando bombas, pero eso le está superando.

Cuando quita el pañal manchado mira a la niña y después a Emilio en busca de algo de ayuda. Este se encoge de hombros y le tiende un pañal limpio esperando que se las apañe el solo.

Por la puerta se asoma Molly con los ojos entrecerrados siguiendo el llanto desesperado de su hermanita.

- Necesitan polvos de talco- les informa acercándose al cambiador- Se lo vi hacer a las señoras que la cuidaban en el centro.

Joaquín rebusca en la bolsa de los pañales y encuentra un botecito blanco con el tapón rosado que identifica como los dichosos polvos.

Logra cambiarle el pañal y para alegría y descanso de los tres la niña deja de llorar.

- Gracias por la ayuda- le murmura a Emilio al pasar por su lado después de tirar el pañal sucio.

- Ya te lo he dicho, el instinto maternal es tuyo no mío.

El bebé comienza a llorar de nuevo con la misma energía de antes dejándolos desconcertados.

- ¿Y ahora que quiere?

- No lo sé,Emilio. Pregúntale.

Joaquín le aparta y toma a la niña en brazos con la esperanza de que solo necesite unos pocos mimos, pero ella intensifica el llanto.

- ¿Qué te pasa, chiquitina?- le susurra meciéndola.

Emilio va hasta el dormitorio y regresa con su celular en la mano.

- ¿A quién llamas?

- A Gibbs, ¿conoces a alguien más que este despierto a estas horas y además sepa de bebés?

Gibbs contesta al cuarto tono y brama un saludo. Con prisas Emilio le pasa el teléfono a Joaquín que le musita un "cobarde" entre dientes antes de contestar.