Capítulo 1: No te olvides de mí.

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15 de Marzo del año 20XX. Era un día bastante soleado. Una de las estaciones más cálidas estaba adornando las vistas con el color de las flores y el cantar de las aves durante ese tiempo.

No hay mucho que se pueda decir de la zona. Un lugar medianamente poblado, cuyas vistas se encuentran constantemente con densas y pintorescas áreas verdes en las cuales se puede disfrutar de una buena merienda si así se quería. La tecnología estaba presente ahí, pero no era lo suficiente avanzado como para dejar de percibir al paisaje como un medio rural. Y ahí es donde esta historia comienza, en una de las casas de ese poblado, ni muy moderna, ni muy humilde, vivían un par de jóvenes. Una chica de 16 años y un chico de 17 años. Primos que no están relacionados por la sangre, viven juntos y actualmente solos. Sus tutores estaban fuera a causa de trabajo, pero el dúo estaba muy habituado a que eso ocurriera.

Eran las 7 de la mañana. Actualmente se encontraban ambos charlando un poco a la par que disfrutaban del desayuno. Era fin de semana, así que no tenían que preocuparse por las clases ese día.


- ¿En serio quieres que crea todo eso? ¡Por favor, Hide! ¡¿Cuántos años crees que tengo como para tomar en serio lo que me estás contando?! –Exclamó apática–.

- ¡Lo digo en serio, Erika! ¡En verdad soñé con eso!

- "Magia, criaturas de leyendas, mitos. Todo eso existe". ¿Me quieres tomar el pelo? No voy a creer en algo tan tonto, y menos si lo soñaste, es completamente ilógico.

- ¡Lo juro! –Dijo impetuoso– ...Todo lucía tan real... Tan... Fantástico...

- Hide... Aclaremos algo. Un sueño tiene una característica peculiar, ¿Sabes cuál es? Adivina. ¡Se sienten reales, pero no lo son!

- ¡Ay, por favor! ¡Tú también creías en la magia!

- ¡Sí! –Afirmó ligeramente irritada– ¡Pero cuando tenía cinco años! –Agregó–.

- ¡P-Pero..!

- Además, ¿no me dijiste que habías visto a un chico miserable también en el sueño?

- S-Sí, Así es. ¿Pero qué tiene que ver?

- Hide, me dijiste que lucía miserable, pese a estar rodeado de toda esa "fantasía". ¿No crees que significa algo..?

- ¿Cómo qué?

- Como que: "Debes dejar de creer en tonterías que ves en sueños".

- ¡Qué cruel, me harás llorar!

- ¡No seas descarado! –Replicó–. Eso no es algo que te hayan enseñado mis tíos. ¿Lo aprendiste de la calle?

- ...

- ¡Ah-! ¡Hide, yo..!

- Está bien, no te preocupes. Ya he terminado de comer. Iré a mi habitación, permiso.

- ¡Hi-Hide!

Erika se quedó sola en la mesa. Su desayuno todavía estaba por la mitad, y pese a lucir tan delicioso, ella ya no pudo degustar en lo absoluto de él. Todos sus sentidos se concentraron en el tranquilo andar de su primo al subir las escaleras para llegar a su habitación. Cuando cerró la puerta de su cuarto, ella solo liberó un pesado y melancólico suspiro al aire. –¡¿Por qué dije eso?!– Se preguntaba arrepentida.

La razón de todo este asunto es que, en realidad, Hide, era de la calle hasta hace apenas un par de años. Los tíos de Erika lo acogieron en su hogar, y desde ese momento pasó a ser un miembro más de la familia. Por su parte, los padres de Erika habían fallecido cuando ella era un bebé, pero era gracias a la posición y trabajo influyentes de sus tíos que se las arreglaron para ser los tutores legales de ella sin mucho problema. Lo mismo ocurrió cuando adoptaron a Hide. Pidieron algunos "favores" a "conocidos". Fue cuestión de tiempo para que, ante la ley, fuera reconocido como hijo legítimo de la pareja casada. Y en cuanto a la razón del por qué decidieron adoptar a un joven de la calle así como así, era debido a que la pareja era incapaz de tener bebés. Y vieron en Hide, al hijo que nunca pudieron tener. Y, mejor aún, su amada "hija" ya no estaría sola de nuevo cuando salieran de viaje por su trabajo.

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⏰ Última actualización: Jul 13, 2020 ⏰

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