10.

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A altas horas de la madrugada, con nadie más de testigo que el obscuro firmamento nocturno que se eleva sobre sus cansados cuerpos, el extenuante enfrentamiento entre Gon y Canary sigue su curso.

La mayor de las chicas está francamente sorprendida por la resistencia de la niña porque, si bien ambas estaban lastimadas y habían luchado sin descanso por una hora, Canary trataba desesperadamente de ocultar su leve jadeo, mientras que Gon, si no fuera por el desorden de su cabello y ropa, parecía totalmente fresca en cuanto a sus movimientos.

La mayordomo casi podía ver los engranes trabajando en la cabeza de la niña y reprimió la sonrisa que amenazaba con mostrarse en su rostro. Corrió hacia la niña nuevamente.

Su oponente, que estaba preparada, la enfrento con su bō girandolo con velocidad entre sus dedos para después atacarla con él. Con cada golpe que esquivaba Canary, podía sentir cómo la ráfaga de viento que dejaba a su paso el arma de su contrincante era cada vez más fuerte, tanto que podía escuchar el sonido del viento al ser cortado.

Detuvo el bō con su bastón en una pequeña abertura en los limpios golpes de Gon y, de no ser por el resistente material del artefacto que le dio su amo Silva, juraría que este se habría partido en dos por la fuerza de la niña.

Gon chasqueó la lengua cuando Canary detuvo sus ataques, pero ninguna bajó la guardia o fuerza en sus varas que aún estaban juntas y temblando levemente por el esfuerzo que las dos chicas ejercían para derribar a la otra.

Finalmente ambas armas cedieron y se deslizaron entre ellas hasta llegar al suelo, haciendo una marca por la fuerza del golpe. Gon clavó su bō en el suelo y lo usó para impulsarse hacia atrás y saltar, ampliando la distancia entre ellas. Canary también retrocedió para evaluar nuevamente su estrategia.

Gon apuntó su arma al frente, en guardia y pensando en otra manera de atacar. Por la similitud de sus armas, la niña tenía ventaja, ya que el bastón de Canary era significativamente más corto que su bō, pero aunque ella practica a diario en su hogar, era obvio que Canary tenía mucha experiencia con los invitados indeseados a los que se debía enfrentar de vez en cuando. Sin mencionar el entrenamiento que debía tener por su trabajo de mayordomo en una familia élite de asesinos y por supuesto, el talento que debió tener para ser considerada en el mismo.

Eso no haría que ella se rindiera.

De un momento a otro, y sin un plan de acción en mente, avanzó otra vez.
Corrió hacia Canary con velocidad y poco más de un metro antes de estar cara a cara, clavó de nuevo su arma en el suelo y pasó su ligero cuerpo en el aire al por encima de su oponente, aterrizando a sus espaldas.

Sorprendida, la mayordomo dio media vuelta en un segundo y ,a la vez, demasiado lento.
Canary fue recibida por un limpio golpe en la mejilla por parte del puño de la niña. Ella aún procesaba el golpe cuando, sin piedad, Gon emprendió una ráfaga de ataques a ella, ahora usando principalmente su brazos y piernas para atacar mientras que el bō estaba de apoyo de equilibrio.

Gon se sintió victoriosa al (finalmente) ser la dominante sobre el duelo hasta que su mundo giró frente a sus ojos en un segundo y sintió su espalda impactar en el rocoso suelo del bosque de inmediato. Un punto de presión la mantenía en su lugar con fuerza; Era el bastón de Canary sobre su pecho, siendo empujado hacia ella dolorosamente a manos de su dueña, quién la miraba hacia abajo, de pie frente a ella.

Ambas estaban sudorosas y golpeadas, con su pecho subiendo y bajando en un intento de recuperar aire.

La mente de la pequeña cazadora corría, repasando las limitadas opciones que tenía en sus manos cuando noto una reprimida sonrisita que trataba de esconder la chica junto a ella. Gon la miró confundida, distrayéndose, como de costumbre.

 "Nomen Nescio" Sin nombre.- Hunter x HunterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora