Promesas.

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Pasaron en la sala y se fijaron en el comedor; vacío, los padres de Mel ya no estaban. Nerviosa sin saber porque, miró a Erick de soslayo y éste notó su nerviosismo. Al recordar su distanciamiento tal vez por culpa de aquella chica le causó un agrio sabor. Sintió la necesidad de disculparse por su arrebato por la propuesta que le hizo semanas atrás, eso al parecer era el verdadero motivo por el cual su relación de amistad sufrió un quiebre.

- Sabes, cometi la peor estupidez de mi vida... - admitió no tan convencida, en el fondo deseaba que él lo hubiera aceptado - ... lo acepto y lo siento mucho jamás me hubiera hido a tu casa a proponerte semejante estupides, si hubiera sabido que eso te alejaría de mi.

Erick negó sonriendo, si tan sólo ella supiera que con esa estupides que dice que es, lo hizo el hombre más feliz y afortunado del mundo no estaria disculpandose ni tendría esa cara de preocupación.
Pero de alguna u otra forma lo afectó, no paraba de soñar con ella desnuda, gimiendo, rogando bajo su cuerpo, la evocaba cada maldita noche, sus labios temblaban por sentir la suya, por miedo a perder el control decidió alejarse sin saber que eso la lastimaba.

Pero eso no fue el verdadero motivo. Había algo más, algo terrible que evitaría a toda costa de que ella se enterara.

- Ven acá - dijo - queriendo olvidar su tormentosa situación. Melina lo calmaba, era su ancla en la tierra,su sostén, su luz en la oscuridad, ella era sin duda su todo. Melina sin dudarlo se hecho a sus brazos dichosa, sintiendo esa paz que sólo el podía brindarle

- Lo siento - murmuró sobre su pecho.

- Sabes nunca antes me habían hecho una propuesta así me sentí afortunado de verdad. - la escuchó reír y aspiró su aroma olía como siempre deliciosa. La atrajo más hacía él y le besó la coronilla últimamente le costaba mucho tenerla lejos.

Ella encantada se dejó abrazar, sus temores quisieron cobrar vida pero no iba a dejar que la dominen. Si Erick salía con ésa mujer, ella trataría con todas las fuerzas no sentirse afectada. Aunque él cooperaba mucho ya que ni hizo mención de Danna, suspiró abrazandose más a Erick, sólo eran amigos, nada más y eso la afectó como nunca.

¿Porqué?.

- Entonces, una película de terror - propuso - sabiendo lo mucho que a ella le desagradaban. Pero verla tan ausente y sin ése brilló en sus ojos que tanto lo fascinaba, quiso hacer algo por ella, por él mismo,  porque no soportaba su lejanía.
- ¡Por supuesto que no Erick¡ no podía dormir si lo veo -    informó lo que su amigo ya sabía.

- ¿Y veremos esa películas románticas tan aburridas? - preguntó Erick consiente de la mirada asesina que le daba su amiga. Levantó ambas manos rendido, si ella quería ver eso pues bien él lo aceptaba.

- Sabes que te quiero ¿cierto? - preguntó Melina después de llevar más de una hora viendo la película.

Erick se enterezo buscando su mirada estaban sentados en la cama ella apoyaba su rostro en su hombro.
- Lo sé Mel... pero no de la forma que yo quiero respondió para sí.Ella se posicionó de tal manera que pudieran mirarse

- Es que últimamente estas muy distante conmigo y yo... No termino Erick la silencio con un dedo rozando  sus labios lo que la hizo temblar y desviar la mirada.

- Siendo que hayas interpretado así mi actitud de estas últimas semanas Mel. Eres todo para mi y tú eres consiente de eso, eres mi sol, mi mundo entero.
Melina no lo sabía pero como había necesitado escuchar esas palabras. Se abrazó a él con una alegría que no quepaba en su cuerpo.

- Tú también eres todo para mi Eric, no podía seguir en este mundo sin tu existencia, no quiero perderte. Lo último lo dijo entre sollozo lo que sorprendió a su amigo ella no era una mujer que se ponía sentimentalista, ni mucho menos lloraba. A decir verdad no recordaba cuando fue que la última vez que lloró.

- Ey tranquila no creí que una película te pondría tan sensible. - bromeó. - Jamás pensé que de esos ojos tan penetrantes podían salir ese líquido. - siguió, tratando de sacarle una sonrisa.

- Tampoco soy de hielo. - aseguró, secándose las lágrimas y le dedicó una sonrisa tierna. Lo que termino de hechisar completamente a su amigo. - aunque no lo creas tengo sentimientos y... había llorado esa vez cuando festejaste tu cumpleaños número once. - recordó entre divertida y culpable.

Erick la miró interrogante hasta que soltó una carcajada.

- Si lo recuerdo embarraste de pastel a una niña y arruinaste mi fiesta de cumpleaños.

- Es que tú te pasaste toda la tarde con ella y a mi no me hiciste caso. - admitió con un puchero que a él le pareció tan adorable que tuvo que desviar la mirada para no devorar esos labios tan tentadores.

- Sólo estaba siendo amable, ella era nueva y no conocía a nadie y tu te pusiste celosa que te agarraste con ella. - le dedicó una mirada acusadora. La película ya había terminado pero ellos no se habían dado cuenta.

- Es que me dijo que tú eras su mejor amigo y bueno me sentí reemplazada no me culpes, tú me abandonaste. - lo acusó .

- Jamás lo haría Mel, jamás te abandonaría. El silencio se prolongó más de lo debido aquella palabra escondía otro significado pero Melina estaba tan perdida en sus ojos marrones que no le dio la importancia que debería.
- ¿Es una promesa?. - preguntó después de un largo silencio en que lo observaba sin descaro alguno.

-Es una promesa Mel.

Caricias en el almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora