Terminaba el quinto periodo y comenzaba la clase de historia, la más aburrida de todas las materias para María, había pasado ya más de diez minutos para que el maestro llegara al salón y comenzara la clase, el sexto periodo había comenzado y aún no había llegado, lo cual era muy raro para el profesor.
María no era la chica más popular del salón y mucho menos de la escuela, no destacaba por nada, pero no pasaba desapercibida por aquel extraño color naranja de su cabello, una extensa melena rebosante de rizos color zanahoria que a muchos encantaba y era provocaciones de burlas para otros. Esa mañana no tenía nada en especial, era un día como cualquier otro, aburrido y caluroso, pero no se había dado cuenta de aquel tenue dolor que se intensificaba poco a poco en la parte baja de su estómago iba hacer un problema, pensó que había sido lo que ceno por la noche y no le tomo importancia alguna, nada que necesitara una visita a la enfermería de la escuela.
El pasar de las horas y del calor sofocante que hacía en aquel día de verano no ayudaban en nada a aquel pequeño dolor que sentía en la parte baja del abdomen, dolor que se intensificaba poco a poco, aquel dolor que de punzada en punzada hacia que maría se incomodara aún más. Terminado el segundo receso de la escuela, maría no podía más, aquel dolor era insoportable, no sabía que le pasaba pero aun así no se quería perder la última clase que era la que más le importaba, además ya que más daba solo faltaba una hora para terminar la escuela e irse a casa a descansar.
Sosteniéndose el vientre como si se le fuera desprender en pedazos maría caminó fuera de los baños por el pasillo hacia su salón, pasillo que fue eterno con aquel desgarrante dolor que sentía, al llegar a la puerta de su salón no pudo más y se acurruco presionando su vientre con todas sus fuerzas pensando que así aquel dolor desaparecería como de hacer presión de un botón en su interior fuera la solución. Permaneció así durante un minuto y medio, cuando creyó que había funcionado y el dolor había desaparecido se puso de pie donde ya sus compañeras la habían rodeado para ver que le pasaba, ya que a pesar de no ser una chica popular era conocida. Ella las vio y en sus caras vio asombro, risas, horror y en algunas incluso asco, maría no entendía porque, el dolor había cesado un poco cuando en ese momento sintió como un líquido espeso escurría de entre sus piernas bajando hasta sus pantorrillas y empapando las calcetas que llevaba debajo de las rodillas.
Un estallido de risas y murmullos desataron de entre las chicas que estaban a su alrededor, cuando está bajo su miraba por debajo de su falda hacia sus piernas, vio aquel liquido carmesí que brotaba sin parar del lugar donde la falda ocultaba su parte intima. María no lo podía creer, una mezcla entre vergüenza y dolor recorrió toda su columna, en lo único que pudo pensar y hacer es cerrar los ojos mientras las lágrimas escurrían de sus mejillas más rápidas que aquel espeso liquido rojo.
Una de las chicas se quitó la chamarra que llevaba en la cintura y se la coloco, cubriéndola y tratando de hacer que se levantara de nuevo para llevarla al baño a limpiarla, pero María no respondía, en su mente solo escuchaba aquellas risotadas de burla e imaginaba como la señalaban, como se distorsionaban los rostros de sus compañeras e incluso de algunos chicos que se acercaron a ver que ocurría y que también se unían al unísono de la risas. María se tapaba los oídos creyendo que así podía pararlos pero por más que presionara sus manos contra su cabeza más fuertes eran aquellas burlas. Cuando la chica consiguió que maría saliera del trance en que estaba e hizo que abriera los ojos para que pudiera ver por donde caminar hacia el baño, otra de las chicas grito.
- ¡Hey, María sangrienta, llévate tus cosas! – aventando su mochila abierta hacia sus pies de donde no solo se desplomaron sus libros, sino una caja con un medicamento, que llego a parar a los pies de la chica que tenia del brazo a maría.
La chica se agacho para levantar la caja del medicamento y se detuvo un segundo para leer el nombre, como por reacción a lo que leyó volteo a ver a maría en mismo instante cuando esta levanto la mirada y sus ojos llenos de lágrimas confesaron lo que hizo, al ponerse de pie de entre sus piernas ya no escurría la sangre si no de un solo suspiro cayo un pequeño trozo de carne al suelo salpicando de sangre sus calcetas ya empapadas. Al ver todos lo sucedido se quedaron en silencio y no fue que hasta que la misma maría vio lo que tenía debajo de las piernas cuando se desplomo en el pasillo en donde todos atónitos la miraban y la chica que la sostenía solo tenía la caja de citoteck entre las manos.
De fondo el timbre que daba señal que las clases habían terminado y todos comenzaban a salir llenando los pasillos, la misma que indicaba que había terminado el último periodo.
YOU ARE READING
HISTORIAS DE FOGATA
Cerita PendekRECOPILACIÓN DE HISTORIAS CORTAS DE TERROR , SUSPENSO Y DRAMA.