Capítulo 2

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Puedo decir que Alissa está impresionada por la expresión en su rostro, ella no es para nada violenta o al menos hace su mayor esfuerzo por evitar las peleas físicas a toda costa. Por esa misma razón intento no darle muchos detalles innecesarios. Ella guarda silencio por unos minutos y yo intento adivinar que es lo que está pensando hasta que finalmente habla.

—Entonces... ¿Qué es lo que quieres que haga? —Pregunta Alissa.

—Quisiera saber quién es. ¿Puedes hacer eso?

—Por supuesto, un hechizo de reconocimiento. Sólo hay un pequeño problema.

—¿Pequeño problema?

—Necesito algo suyo, lo que sea, una prenda de ropa, un collar...

Suspiro al escuchar sus palabras, obviamente no tengo nada de Tim y no hay forma de que vuelva al lugar en el que lo deje pues lo más probable es que ya ni siquiera este ahí. Aunque me sigo preguntando como me descubrio, y si él lo sabía ¿lo hara alguien más? Tal vez empieza a ser hora de que me vaya de aquí, estaba consciente de que tendría que llegar este día.

O tal vez estoy tomandome esto muy enserio.

Ahora que lo pienso mejor, fue una idea estúpida venir aquí. Digo, ¿qué es lo peor que puede pasar?

—No lo tengo, olvídalo. —Me limito a decir.

—Entonces lo siento pero no puedo.

—Está bien, gracias igualmente. —Respondo caminando hacia mi moto cuando Alissa me llama de nuevo.

—Puedo preguntar, ¿por qué te preocupa tanto?

—Es solo que no quiero que alguien me descubra.

Ella camina hacia mí a la misma vez que se frota las manos por el frío, finalmente me acomodo en la moto y como noto que ninguna de las dos tiene nada más que decir, me voy.

No es mi amiga ni nada de eso, en realidad ninguno de los magos lo es. Al principio pueden parecer desinteresados pero tienen una avaricia insaciable y pasarán por encima de quien sea para lograr lo que quieren. Sé que hay uno más de ellos pero nunca lo he visto por aquí, tal vez se cansó de soportarlos como todo el resto del mundo.

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No tardo mucho en llegar a casa después de tener que parar en la gasolinera pues mi moto estaba a punto de desfallecer. Deberia ser extraño para mi tener que hacer fila por un poco de combustible, podría morder a todos los que están adelante y adelantarme, así no tendría que esperar aunque seria un verdadero desperdicio. Por otra parte las cosas han seguido iguales, llevo una semana esperando lo que se supone que sera la venganza de Tim pero creo que donde sea que este se le debe de haber olvidado ya.

Introduzco mi llave en la cerradura pero cuando me dispongo a girarla se produce un ruido del otro lado, suena como algunas cosas de metal cayéndose. No lo pienso mucho y abro bruscamente la puerta, me acerco de la manera más cuidadosa que puedo al espejo de la sala y lo levanto para tomar el arma que tengo escondida detrás, digo, no puedo ir por ahí mostrándole los colmillos a todo el mundo.

Reconozco de donde proviene el sonido por lo que llego a la cocina y veo a alguien parado de espaldas revolviendo mi refrigerador.

—Fuera de aquí, ahora.

Él se voltea y alza las manos instintivamente. —Wow relajate, tienes dejar de hacer eso cada vez que vengo.

—Sean, ¿cómo demonios entraste aquí? Las puertas estaban cerradas.

—Si, pero no todas las ventanas... —Dice y señala ligeramente el cañon.— ¿Te importaría?

Dejo el arma sobre la encimera y me apresuro a cerrar el refrigerador por lo que él se sienta en el sofá de la sala y pone sus pies en la mesa de centro. Sostengo una mirada fija en él para que los baje pero parece no haberlo captado así que solo me limito a sentarme en frente suyo.

Beautiful WarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora