Fenómeno (Louis Tomlinson)

Capítulo 10

Cuando me hizo aquella pregunta, sobre si alguna vez me había enamorado, le hubiera respondido que si lo estaba, y que ahora lo estoy. 

La amo, sus ojos miel, su cabello cobrizo, sus labios finos, sus manos delicadas, su forma de ser, es simpática; tierna; adorable; y me quiere ayudar.

Definitivamente me había enamorado de ella, pero no sabía cómo decírselo, o si ella me correspondería. Por eso intento ser lo más amable y dulce con ella por más que me muera de las ganas de comérmela puesto que su carne es deliciosa, una maravilla.

Quería hacerle el amor en ese mismo momento, o quizás follarmela ahí, pero tenía razón, no llevaba protección y tampoco me había bañando desde hace bastante. Me abrazo por los hombros, yo la tomé de la cintura, abrió aquella puerta que tanto anhelaba para que algún día me diera paso a mí a salir.

Y a paso algo lento, comenzamos a dirigirnos hacia afuera de aquella habitación.

Al salir, dos guardias grandes me miraron con horror ¿Tan feo soy? Ah! No, no, no, soy un caníbal, por un segundo me había olvidado de eso.

Estar con Rebecca es como un hipnotizador pero sin borrártela a ella.

-Señorita ¿Qué ha hecho?- preguntó uno de esos gorilas con el miedo que lo mataba.

-El solo se va a dar un baño, tranquilo, lo tengo vigilado- habló aquel ángel.

¿Por qué yo soy tan cursi? Dios mío! Estoy enamorado nada mas, no soy el maldito Cupido, ese bebe puto con pañales y su flechita de mierda que me clavó a mi cuando justo estaba Becca en frente mío.

MALDICION!!!!

-Ok, pero cuídelo bien por favor- acotó el otro expulsando miedo así como la traspiración. Me llevo de la mano hacía el baño de aquel lugar.

-Muy bien, ahora… desvístete, que yo iré por ropa ¿De acuerdo?- dijo sin mirarme.

-Claro!- comenté normal.

-Por favor Louis, prométeme que no harás ninguna estupidez ¿Si? Hazlo por mí aunque sea- me la quede viendo como bobo, y asentí como tal, ella rio, para luego irse.

Me desnudé, abrí la regadera y deje que el agua callera, era tan relajante. Sentí que la puerta se abría, obviamente iba a ser Rebecca, asique seguí aseándome, hasta terminar.

Cerré las canillas, tome una toalla que mi chica me había dado antes de irse la enrolle en mi cintura, abrí la tela que cubría la ducha para que el agua no se escape por lo lados, y la hipótesis que yo había hecho fue errónea, Ella no era Rebecca.

-Em… disculpa, pero me parece que necesito privacidad- me aguante las ganas de comer carne humana.

Aquella chica que estaba ahí, se veía pálida, y de un segundo a otro calló muerta. Me paralicé, esto sí que no era bueno...