O9: Amigas

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Tal como supuso, terminó llegando tarde a la escuela por ponerse sentimental con Len, para él no era tan significativo el atraso, pero a ella le marcaban faltas, no estaba lista para recibir su primera falta del año, no quería golpear la puerta, tampoco entrar. Estaba parada fuera del aula totalmente inmóvil como si el tiempo se hubiera detenido.

── ¿Rin?

Estuvo a punto de soltar un grito audible hasta en China, pero se contuvo y giró la cabeza casi endemoniada hacia el origen de la voz, quien era nada más ni nada menos que Moke, este cambió su expresión de curiosidad por una de miedo cuando cruzó miradas con la chica.

── ¿T-Te asusté? Lo siento mucho. ─Se apresuró a decir juntando ambas palmas frente a su pecho, y Rin sólo rodó los ojos. ── ¿Qué haces aquí fuera? ¿No te dejaron pasar? Miku se veía un poquito ansiosa sin ti, ¿Te dorm–?

No lo dejó terminar y golpeó la puerta frenéticamente apenas procesó la mención de Miku.

Muy para su sorpresa, nadie abrió.

── Uhm, Rin...

── Cállate un minuto por favor.

── No, escucha–

── ¡Que te calles!

── ¡Estamos en el laboratorio, zopenca!

De inmediato se llevó ambas manos a los labios sabiendo que no debió responder de ese modo, e iba a disculparse, pero Rin se adelantó y se acercó a él, provocando que por el miedo cubriera su cabeza. Claro que no le hizo nada, sólo pasó por su lado dándole un choque intencional con el brazo.

Moke suspiró entre aliviado y preocupado para al instante dar media vuelta sobre sus talones dispuesto a seguirla, mas poco le duró esa disposición cuando recordó que estaba allí para buscar unos materiales, así que resignado se devolvió al aula mientras pensaba en formas de disculparse.

Rin por su lado lo único que quería era llegar con Miku lo antes posible.

Gracias a su desesperación, no tardó más de tres minutos en llegar a la puerta del aquel salón, y sin darle muchas vueltas como antes había hecho, golpeó la madera. Fue uno de sus compañeros quien le abrió y se hizo paso saludando con suma vergüenza a la maestra.

Su mirada viajó sin quererlo en busca de esa cabellera turquesa, pero en lugar de encontrar lo que buscaba, se topó con el cerceta de esos luceros que le veían como si hubieran esperado una eternidad por ella. Cuando el contacto visual acabó, una sonrisa de oreja a oreja se posó en su rostro por ver a Miku quitar su mochila de la mesa como llamándole para que fuera. Y eso hizo.

── ¿Me estabas esperando? ─Preguntó Rin sacándose la mochila y dejándola a un lado de la mesa, le pareció ver cierto rubor en las mejillas ajenas, provocando que su propio rubor se acrecentara.

── Sí, por algo tenía mi mochila aquí, Luka me dijo que lo hiciera porque si no lo hacía alguien más se iba a sentar a mi lado. ─Explicó tomándose una pausa en la cual se mantuvo quieta viendo su cuaderno. ── Yo... No quiero a nadie más a mi lado.

Como era usual, se le aceleró el corazón al igual que el pulso, como respuesta atinó a asentir y nada más porque la profesora le tenía el ojo encima. Cuidadosamente sacó su cuaderno y algunos útiles escolares para comenzar a tomar nota de lo dicho.

O al menos aparentar que eso estaba haciendo.

Se perdió unos buenos minutos de la clase y la idea de tener los apuntes en desorden le daba ansiedad de sólo imaginarlo, luego tendría que pedírselos a alguien, tal vez Miku o cualquier otro que prestara atención en clases.

𝐃𝐈𝐅𝐄𝐑𝐄𝐍𝐓𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora