15: Problemas

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Normalmente, el viernes es el día más sencillo.

Pero el alterado pulso de Rin le hizo poner en duda lo que creía verdad absoluta hasta ese momento. Aún era temprano, no estaba llegando tarde a clases, el timbre no había sonado, ¿Entonces por qué era tan difícil poner un pie dentro del aula?

Se había dado mil vueltas por los pasillos, incluso pasó por la sala de Len, pero nada lograba calmar su corazón. Ahora se encontraba en el patio de la escuela junto a un árbol mirando la entrada del edificio como si alguna maldición fuera a caerle al cruzar la puerta.

Los pensamientos de todo lo que ocurrió ayer no la dejaban descansar, ¿Cómo debía actuar ahora? ¿Los demás ya sabían? ¿Miku les contó que estaban saliendo?

Apenas la última pregunta fue formulada, sus mejillas cambiaron a rojo en un segundo. No podía seguir así, estaba comportándose como una idiota, ¿Acaso el amor te quita la mitad del IQ? Frustrada, enterró la cara entre sus manos y ahogo un gruñido pegando la cabeza contra el tronco a su lado.

── Esto es una mierda. ─Suspiró, y cuando oyó un suspiro que no era de ella seguirle, abrió sus ojos recién cerrados observando en pánico hacia todos lados.

── ¿Por qué estamos suspirando?

Rin se congeló al encontrarse una vez más con el mismo verde cromo de ayer, la chica estaba al otro lado del árbol, pero se le acercó un poco cuando delató su presencia que en primer lugar ni siquiera planeaba ocultar.

── Gumi. ─Susurró, retrocediendo unos pasos. ── ¿Cuánto llevas ahí?

── Hhm... ─Musitó sosteniendo su barbilla a ojos cerrados, y una risita escapó cuando volvió a levantar los párpados. ── Antes de que creas algo raro de mí, estoy aquí desde antes que tú pero estabas tan concentrada que no me viste.

La rubia asintió aceptando lo dicho y aclaró su garganta.

── Espero que esto de encontrarnos en situaciones... Incómodas. ─Tosió. ── No se vuelva costumbre.

Gumi soltó otra risa, y sin que Rin pudiera alejarse para evitarlo, revolvió su cabello con una sonrisa tan inmensa que las ganas de quitársela a golpes no le faltaron.

── Nos vemos por ahí. ─Se despidió dándole la espalda. ── ¡Salúdame a Luka!

"Que tu puta madre la salude" Respondió en su mente, la cara le ardía por la vergüenza, ¿Quién se creía? Ya no era una niña.

Pateó una piedra imaginaria, exhalando con un gutural de pura frustración.

Cuando su enojo se calmó, refregó su rostro a ambas manos. La pesadez le llenó y sus súbitas ganas de llorar fueron calmadas por el timbre resonando en todos lados. No era momento para dejar que la nostalgia le atacara.

Trató de centrarse en su agitado pulso en lugar del agridulce recuerdo de su padre acariciando su cabeza que Gumi despertó en ella. Dio un paso al frente, y con dificultad avanzó todos los demás que le faltaron para llegar a la puerta de su sala.

Se llenó los pulmones de aire y miró por el marco, asomándose con cautela.

De inmediato retrocedió al ver a Miku ahí, sus mejillas enrojecieron por milésima vez en aquella mañana.

Un golpe, dos sobre su pecho, e inhalando una vez más, entró porque vio a la maestra acercándose por el pasillo.

── Hola. ─Saludó tratando mantener su hablar estable, pero sus rodillas temblaron, sintiéndose débil cuando Miku miró en su dirección. ── Vi a la profesora en...

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⏰ Última actualización: Sep 09, 2020 ⏰

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