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—Capítulo siete -

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—Capítulo siete -

—¿Kyo?- murmuró el chico de cabellos rojos.

Tanjirou duerme plácidamente entre sabanas y almohadas junto a un aroma que le recuerda a días soleados cuando yacía en su vieja casa de campo, se acurruco en su pequeño nido de cobijas con ánimo y respiro profundo intentado atrapar aquel olor reconfortable, sin embargo, al sentir su cuerpo más pesado de lo normal abrió los ojos, diviso el techo y pequeños hilos dorados —¿Dónde...?- susurró, calló antes de terminar la pregunta pues al intentar levantarse unos brazos aprisionan parte de sus caderas aunque durante todo ese tiempo no se le ocurrió mirar a sus costados —¿Maestro?- cuando por fin volteó su curiosa mirada, lo primero que vio fue el sereno rostro del mayor, Tanjirou se removió incómodo por la sopresa de ver al rostro maduro —¿Rengoku San?- se atrevió a pronunciar el apellido del rubio, no tiene ni la menor idea de lo que pasa, se encuentra un poco inquieto aunque su Omega revolotea de alegría.

—Duerme...- Kyojuro murmuró y apretó  más el agarre —¡Buenos días! - después de estar varios segundos tratando de despertar terminó exclamando feliz aquel saludo. El menor asintió extrañado aunque con las mejillas levemente sonrojadas.

—¿Qué sucedió?- la sonrisa del alto desapareció sólo por momentos, carraspeo y sin dudar abrazó al chiquillo —¡¿Profesor?!-

—Sólo... Sólo déjame estar así por más tiempo - apretó más al menor contra él pues siente que ya nunca lo volverá a tener y probablemente no lo vuelva ver. Todos los años que transcurrieron sin su Omega se repetirán hasta que llegue el momento de fallecer, pensar aquello le entristeció.

Normalmente los alfas suelen ser posesivos e intentan por todos los medios obtener a su Omega pero él no quiere forzar a Tanjirou, al sentir las pequeñas manos sobre su cabeza le hizo alejarse de sus pensamientos e instantáneamente volvió a sonreír.

—Lo siento mi chico - se alejó del menor a una distancia prudente para después explicar toda su extraña historia.

—¡Tanjirou!- el gritó llamó su atención y con alegría dejó que el rubio lo abrazara —¿Qué te sucedió? Después de ir al hospital Nezuko chan me dijo que ya estas de alta, pero que no podías recibir visitas

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—¡Tanjirou!- el gritó llamó su atención y con alegría dejó que el rubio lo abrazara —¿Qué te sucedió? Después de ir al hospital Nezuko chan me dijo que ya estas de alta, pero que no podías recibir visitas... ¿Estás bien?- el chico no paro de comentar sus dudas.

Destino ✧KyoTan✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora