Los sueños de Augusto

Prólogo

Me senté en el escritorio que estaba junto a mi cama tome mi diario y mi lapicera  favorita la negra que siempre ocultaba bajo mi armario, preparé la lapicera en mi mano derecha y abrí mi diario en la página 125.

~Querido diario ya es el día numero 880 y aún no puedo creer que siga locamente enamorado de ella, ¿Cómo puedo seguir enamorado luego de 2 años de conocerla? Sigo sin entender esto del amor incluso... incluso puede que no congeniemos en nada estoy creando altas espectativas, puede que nuestros gustos musicales no sean para nada los mismos y yo estoy acá todo ilusionado.

Yo me veo como un pibe normal y a ella la veo como un elegante ángel caído del cielo o un demonio que vino del infierno a llevarme con ella ya no estoy muy seguro, genera demasiados pensamientos y sensaciones en mí que ya no tengo idea de nada, me mantiene expectante a ella cada día como la primera vez que la vi, sigue resplandeciente ante cualquier otra chica, "Mierda... mierda ¡¡Mierda!!" Con tan sólo escribir esto mis manos sudan a más no poder y siento mi corazón latir a 2000 por hora, "¿Qué voy a hacer?" La vida es complicada, ¿Qué va a saber un pendejo como yo de que es el amor? Quizás no sea amor y sólo sea atracción, podría estar más seguro de lo que siento haciéndome una manuela, dicen que no puedes hacerte una con la chica que quieres que sea tu novia según Steven es el metodo más efectivo, si sigo así nunca conseguiré nada con ella pero ¿Cómo hacer que una mujer de su calibre se fije en un negro como yo? Necesito respuestas! ¿Quién me las puede dar?

-Sería genial que vos, Sí vos gipi.- Dije señalando la foto del niño Jesús que mi madre católica había dejado en la puerta de mi cuarto a pesar de que le había dicho que no creía en esas cosas, da igual hace lo que se le cante los huevos. -Tan bueno y grande que sos dame la respuesta señor Jesús... seguro ni cabida me das entonces le voy a pedir una respuesta a Buda.- Reí suavemente cerrando mi diario, escondiendolo debajo de mi armario, a mi madre le encantaba revisar mi cuarto, según ella "Soy demasiado interesante, mejor que las novelas turcas que pasan por el canal trece"

"Estoy loco por ella... debo ponerme las pilas o seguiré estancado acá y sin perder mi virginidad, mañana comenzaré noveno grado, seguro y ella estará también, esté va a ser mi año carajo, ya verán"

Me levanté de mi silla levantando mis brazos y abrí la ventana de mi cuarto soltando un fuerte gritó. -Te voy a conquistar! A como de lugar!-

-¿A mí? Pendejo maricón de mierda, yo soy hetero ¿Te piensas que me voy a fijar en  vos? ¿Estás loquito vos? Estos pibes de ahora están re trolos-

Para mi desgracia un hombre de aproximadamente 70 años de edad, se notaba mucho que ya estaba en las últimas la cara estaba llena de arrugas y las mejillas se le caían, además llevaba un jean esos que sólo usan los viejos, los pasado de modas y bien desgastados bueno lo malo es que  me había escuchado decir aquello y al parecer se lo tomo muy enserio, moría de la vergüenza y sólo pude cerrar la ventana riendo evitando llorar "Mierda, comencé mal esté año menos mal que es Domingo, los Lunes son buenos"