16. Documental

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Por la mañana, Atsushi y Ryunosuke estaban sorprendidos, los niños habían vuelto a crecer, y ellos no podían ni verse cara a cara. Ambos azabaches menores tomaron a Atsushi y lo abrazaron con gran fuerza, Rashomon solo apareció, era débil la habilidad pero aun así quito a los niños con cuidado y el albino mayor lo miro – intentaré que no molesten tanto

― No me molestan – respondió el albino. – haré el desayuno

― Claro

Atsushi salió de la habitación, Ry y Ono abrazaron al pequeño Atsushi, esté les miro – haz crecido más – menciono el azabache mayor

― Si – respondió el albino nostálgico – ustedes van mejorando ¿no es así?

― ¿Cuánto tiempo durará está habilidad?

― Podemos irnos cuando queramos – dijo Ry

― Pero no queremos sin que ustedes estén bien – dijo Atsu

― ¿Por qué quieren quedarse más tiempo?

― Por qué...

― Los amamos – respondieron los tres chicos.

El azabache se sonrojo, no habían más palabras que decir.

En la cocina, Atsushi terminaba de hacer el desayuno, los tres niños se sentaron en la mesa para esperar, el azabache llego a su lado – déjame ayudarte

― Es-estoy bien

― No, estas nervioso

― No es nada

― Jinko, lo de anoche

― ¡AH! ¡está listo el camarón! – grito Atsushi para servir la comida.

Los niños sonrieron.

Toda la tarde Atsushi evito a toda costa a nuestro mafioso favorito, Akutagawa por más que se acercaba al albino para hablar, Atsushi corría a dirección opuesta. Como todos lo pensamos, Akutagawa estaba empezando a sentir el rechazo, el enojo, y peor aún... se convertía en furia

Su cansancio llego a la definitiva cuando lo vio en la cocina limpiando la olla de la comida. Se acercó lento sin ser notado, era un mafioso, y un perro silencioso. Se posiciono junto atrás del albino, y como si fuese una presa, en un movimiento rápido tomo la cintura del albino con sus brazos, un "abrazo de oso" le llama. Con el albino atrapado prosiguió a atacar a su presa, abrió sus mandíbulas y causo el más intenso dolor al albino mordiendo su hombro con gran fuerza, su presa, el joven tigre grito desesperado, sentía la sangre correr, sabía que si no lo parará algo peor podría pasar. Alzo su mano izquierda, y apretó la nariz de su perro rabioso. Solo en ese momento, logro soltarse de sus mandíbulas y uno de sus brazos. Atsushi intento correr pero no fue suficiente, el perro rabioso seguía sosteniendo un lado de su cintura con su brazo y eso basto para que ambos cayeran al suelo, Atsushi estaba atrapado. – ahora si maldito Jinko hijo de mierda. No podrás escapar

― ¡suéltame Akutagawa!

― Claro que no, me debes una

― Una rinoplastia lo arregla

― ¡NO HABLO DE ESO ESTÚPIDO!

Atsushi intento soltarse, su hombro estaba adolorido, el azabache suspiro – curaré tu herida pero déjame hablar – pidió y Atsushi lo miro fijo – lo que ocurrió anoche

― Ya... ya lo sé – se excusó el albino mirando a otro lado – llevamos más de un mes aquí... los hombres tienen ese periodo de soledad y

― NO JINKO, ES QUE ¿NO PUEDES SER MÁS IMBÉCIL?

― ¡PERO SOY UN HOMBRE!

― ¿Y qué?

― Soy un agente, y tu un mafioso

― ¡¿Y QUE?!

― Y tú... me o-odias...

Akutagawa dejo su cuerpo encima del albino, solamente resoplo por el peso extra, estaba aplastándolo, pero eso no era todo, no claro que no, el perro rabioso tenia ideas, tenía a su presa atrapada, nerviosa, sabía que algo malo pasaría con él, pero no fue nada malo, (para nosotros) pues el mafioso tomo a su presa por su cabello, y estampo sus labios contra el contrario. Atsushi amplio sus ojos, Akutagawa los llevaba cerrados, apretando sin soltarle, Atsushi uso sus manos, torpe y nervioso jalaba la ropa del mayor sin suerte alguna, pero para el faltaba algo, algo preciso y conciso que no le quejara dudas al menor de lo que estaba pasando. Y tuvo su mejor idea. Deposito su rodilla entre las piernas del albino creando presión, el menor se sorprendió creando una abertura en la boca para el azabache. Aprovechándose totalmente de la situación, Akutagawa tenía al albino contra al piso, presionado de su entrepierna y un juego de lengua dentro de la boca del agente. Debo decir, Atsushi o más bien sus sentidos, no sobrevivieron a éste evento.

Se dejaron llevar, el menor por fin se rindió cerrando sus ojos y tomando posesión el cuerpo contra él, los tallones entre ellos eran bruscos y torpes así como su juego de lengua, los sonidos provocados por sus bocas ocupadas eran extraños y sin causa, más bien bruscos, rudos, igual a una pelea.

He perdido el hilo de cuánto tiempo pasaron en aquella posición, sus mentes solo seguían en ello como si jamás hubiesen visto la luz o como si de ello dependiera que lograran vivir, o respirar. Eso era todo lo que tenían. En un momento de lucidez, el mayor puso su ante brazo en el piso levantándose ligeramente, abrieron sus ojos, sus cabellos estaban pegados a sus rostros, sus rostros estaban llenos de sudor y saliva del otro, como también de ellos, todo estaba mezclado, sus ropas desarregladas y algunos rasguños donde su piel incluso había quedado rojiza, su pecho iba y venía por la respiración acelerada que tenían. El mayor primero paso una mano por su rostro para quitarse su cabello de encima de su rostro, después miro al albino e hizo lo mismo levantándole completamente el flequillo irregular que llevaba. Tosió ligeramente, ya estaba afectándole aquel acto pero hizo más para él y así lograr recuperar su voz seria y varonil - ¿entiendes ahora? – Cuestiono al albino – no entiendo esté sentimiento, solo sé que prefiero permanecer de éste modo por el resto de mi vida

― WOOOOOOOOAAAAH

La voz tierna que escucharon los hizo voltear a su izquierda con una inmensa duda, así es, eran los tres chicos que habían llegado desde que Atsushi grito por la mordida pero como estaban tan concentrados en ellos mismos, no los notaron. - ¡YO TAMBIÉN QUIERO! – gritaron ambos azabaches

En un rápido movimiento tomaron a Atsu, claro que el pequeño Atsu no lo tenía fácil pues Ry se había quedado frente a él y Ono detrás de él – ¡NI-NIÑOS! – grito Atsushi intentando parar aquella masacre pero el azabache le puso una mano en su boca

― Esos son yo – dijo orgulloso el mafioso

Atsushi golpeteo el pecho del azabache, pero era imposible, los Akutagawa tenían el control.

Ry besaba a Atsu casi tan apasionado como su versión mayor, mientras Ono lo sostenía sin dejarlo aprovechando su cuello para lamerlo y morderlo sin un poco de descaro

Ambos albinos estaban siendo sometidos por el trió Akutagawa. Pero Atsushi era el más desesperado pues el mayor ya había entrado en su camisa con sus traviesas y sigilosas manos, Atsu estaba siendo perfectamente sometido, por los pequeños. Ambos albinos simplemente gritaron - ¡SUÉLTAME/SUÉLTENME YA!

El trió de azabaches se sorprendió por el gran y fuerte grito. Atsushi logro zafarse y tomo al pequeño Atsu, se encerraron en el cuarto, pero no era el final. Los azabaches estaban sueltos y rodeando el lugar. Era cuestión de tiempo para tener una vez más a sus presas. 



...

¿disfrutaron del documental de la vida salvaje?
Yo los imagine como Tiburón hembra y macho
ustedes imaginen a quien quiera pero... 

¡Díganme que animal imaginaron!

¡Gracias por leer!

Soñar es brillar || Shin SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora