Capítulo 3: Pelota asesina.

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- No me dejes, por favor- habla con dificultad la niña quien apenas puede mantener sus ojos abiertos.

- Jamás lo haré, estaré a tu lado siempre- él la sostine entre sus brazos.

A lo lejos su puede oír el sonido de las sirenas acercándose.

- ¿Me lo prometes?- la niña levanto su tembloroso dedo meñique.

Él niño le sonrió con tristeza, alzo su dedo y lo entrelazo con el de ella- Lo prometo.

Despierto agitada por el horrible sueño que tuve, no se porque soñé eso o que signifique pero estoy segura que la voz de la chica era mía y la otra voz me resulta difícil reconocerla. Como sea, seguro solo soy yo y mi cabeza loca.

Veo la hora en mi reloj de mesa y sonrío, son las diez de la mañana. Por fin el preciado fin de semana llego y no puedo estar más que feliz, eso significa que tendré dos días sin saber nada de la escuela y podré levantarme tarde.

Luego de tomar una ducha y cambiarme, bajo a la cocina para desayunar pero no hay nadie. Frunco el ceño. Que raro, es sábado, mis padres no van a trabajar y Mathew nunca se despierta tarde.

Escucho la puerta principal abrirse, voy a la sala y veo a Mathew entrar junto a sus amigos. Creo que vienen de hacer ejercicio.

- Hola hermanita- pasa a mi lado directo a la cocina.

Luck se acerca a mí y pone su dedo en medio de mis cejas.

- Si sigues haciendo eso te quedará una marca- aparta su dedo y me observa con los ojos entrecerrados.

Drake se acerca a nosotros y me abraza por los hombros. Todos los amigos de mi hermano son amigos míos, hemos convivido juntos por muchos años y ellos me ven como una hermana. Excepto por Noah, él esta parado a mitad de la sala sin decir nada, solo me observa fijamente. No sabía nada de él desde el martes, pero me alegra que él y mi hermano se hayan arreglado.

- Tengo hambre- llamo la atención de los dos chicos que empezaron a jugar con mi cabello fingiendo que es un bigote.

- ¿Qué quieres comer?- pregunta Drake quién sigue jugando con mi cabello.

- No sé, cualquier cosa.

- No existe eso- responde Luck dejando mi cabello.

Ruedo los ojos.

- Yo me encargo- Max se adentra a la cocina.

Lo sigo liberandome de esos dos monos, me siento en la encimera y lo observó cocinar mientras tararea una canción de Blackpink. Me río, me voltea a ver con una ceja encarnada.

- Es tu culpa- me señala con la espátula- Tú hiciste que me obsesionara con ellas.

- Eso no es cierto, yo...

- ¿No? ¿Quién fue la que me obligó a escuchar todas sus canciones en un solo día?- me interrumpe.

- ¿Y quién fue él que las siguió escuchando?- me defiendo.

- Touche- me señala con su dedo.

Mathew entra por la puerta del patio que esta conectada a la cocina, tiene una expresión diferente en su rostro.

- ¿Sabes dónde están nuestros padres?- llamo su atención.

- Sí, mamá me llamó- señala su teléfono- La tía Ana ya tuvo a su bebé y la fueron a visitar, se quedaran unos días con ella.

Asiento.

- ¿Por qué no me dijiste que tú y Noah ya se habían arreglado?

- ¿Qué? ¿Cuándo discutieron?- pregunta Luck, esta sentado en la mesa.

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