Besos Desesperados

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Advertencia:

un Bakugo oc, que ayuda a un bicolor

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Estaba harto. La abstinencia era algo jodidamente malvado con fines de tener a los jóvenes y/o adultos en constante ganas de rosar con lo prohibido impuesto por sus parejas. Y Todoroki Shoto estaba a punto de cometer un delito.

Todoroki llevaba aproximadamente dos meses sin tocar o si quiera poder besar los labios de su adorable e imponente novio. Todo porque él había hecho una estupidez llamada berrinche/travesura a escondidas de su padre Enji que involucraba al pecoso y este se enojó.

Así, llegábamos hasta el panorama actual. Un Todoroki arrodillado perdiendo el poco orgullo que tenia mientras suplicaba con su pijama azul de rallas a un descolocado Bakugō katsuki a punto de mandarlo a comer espárragos. Y que tentadora le sonaba la idea al rubio, no literalmente.

- Por favor, Bakugō. Eres mi única opción. – rogó por quinta vez sintiendo sus mejillas calientes por la vergüenza de pedirle un favor a la persona de quien menos se lo esperaría.

- ¿Ah? Dime una razón por la cual debería ayudarte para que tu y el maldito de Deku vuelvan a coger, jodido imbécil – bufo hastiado el cenizo de tener al chico mitad y mitad en su cuarto desde hace 20 minutos intentando convencerlo de ayudarlo para reconciliarse con Midoriya, lo cual en definitiva no le gustaba.

- Porque somos amigos – soltó simple y sin emoción en su rostro. Algo muy Shōto.

- ¿Disculpa? ¿Por qué demonios no le pides ayuda al cuatro ojos o a la cara redonda? Y así me dejas de joder – el rubio había hecho todo lo posible por no explotar ya que sabia que sus amigos estaban durmiendo a esa hora, pero para Bakugō era difícil siendo las 1 de la madrugada.

- Porque eres mi amigo – volvió a repetir tentando su suerte, y Todoroki juraba haber escuchado un sutil "vete al infierno" por parte de Bakugō. – pero no puedo, Iida no sabe tanto de estos temas, y Uraraka es demasiado para mí, no puedo pedir ayuda de Yaoyorozu porque sus métodos son más de lo que a Midoriya le gusta, así que eres mi única opción – hablo rendido y cansado de darle tantas vuelas al asunto – y... eres el único que sabe de nuestra relación – añadió, como excusa para que el rubio le ayudara.

- ¡Tú y tu puñetero problema se pueden ir a la mierda! – gritó Bakugō mientras sacaba a un Todoroki entumido de sus piernas a la intemperie del pasillo.

- Pero, Bakugō, tu...- el bicolor quería convencerlo porque enserio necesitaba ayuda, pero la puerta cerrada en su cara aclaraba la gran y rotunda negación por parte del aludido.

A punto de irse y llorar amargamente por su culito, una ligera sonrisa se formo en su cara al ver la puerta de Bakugō abrirse. Bakugō era todo: gruñón; gritón; malhumorado, pero, aun así, era un gran amigo. Todoroki se sintió agradecido.

- Quiero un equipo de alpinismo de la mejor marca y unas botas nuevas, si haré esto por lo menos no será gratis, así estaré satisfecho y no pensando que ayude a alguien para que folle con otra persona. – sentencio estampándole una revista de pasatiempos, en especial uno de alpinismo antes de cerrar su puerta en la cara de Todoroki otra vez.

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Bakugō se encontraba hastiado y asqueado de cada palabra que sale de la boca del bicolor y cada vez tenía más ganas de explotar la cara de este y de lavarse el cerebro por las gráficas imágenes que este se imaginaba. Bakugō poseía una gran imaginación, no muy grata en esos momentos.

BESOS DULCES [TODODEKU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora