Besos Matutinos

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Levantarse temprano no era en absoluto mi rutina favorita. Me gusta mas la idea de despertar en mi cama calientita, con la colcha hasta el cuello y un hermoso chico de pecas abrazado a mi como si de un koala se tratase.

Pero las cosas no son como uno quiere. Hay que levantarse temprano para ir a trabajar y sobrevivir el día a día. Además de ser parte de nuestra responsabilidad mantener ese día a día de alguien más.

Quería decir que soy amante de mi trabajo y que lo disfruto como uno no imagina, pero eso esta mas lejos de la realidad. Después de casi perder a Midoriya en una redada las cosas cambian porque lo ves de otra perspectiva.

Y más ahora que yo estaba en reposo por lesión. Puta vida.

Tenía que descansar por una pierna rota y una que otra costilla igual. El doctor me mando a cama por un mes y medio antes de retomar mi servicio como héroe. Obviamente yo pensé que tendría a un lindo peliverde cuidando de mi (no es que quisiese que fuera mi sirviente), pero sí que fuera un poco más "travieso" dado por mi condición, bueno, eso se fue al drenaje. Vale que de mi familia yo era el de los fetiches raros, ok.

Unas pequeñas muestras de jugueteo que diría que terminaron en fogosas revolcadas en la cama, solo terminaban con un beso en la frente, un "buenas noches" y "estás lastimado, no quiero que eso empeore". ¡Hey, solo me rompí una pierna! - no contemos las costillas por favor – pero, Midoriya siempre podía montarme.

Al final, no mentiría, sí que me sentía un poco decaído, y no por el sexo. Nuestras vidas se habían vuelto un caos una vez nos volvimos profesionales, vivíamos juntos, pero era como si a la vez viviéramos separados. Casi no nos veíamos por los horarios. Ya al final del día solo tomábamos una ducha y a dormir.

La única oportunidad en que podíamos ser como uña y mugre eran aquellos días libres (no siempre concordaban) y en las mañanas, antes de partir a nuestras agencias – no propias –.

Sin embargo, desde que me ausente por salud, las cosas se complicaron más, cargando de trabajo a Midoriya. No me sentía feliz, solo pensaba en que me había vuelto una carga más. Claro está que él era una dulce persona que me sonreía para no decirme nada. No soy estúpido, podía notarlo en las ojeras debajo sus ojos.

Aun así, lo amo.

Aquella mañana me levante temprano (más de lo usual desde que estoy incapacitado) baje con cuidado las escaleras, apoyándome en mis muletas. Escuche ruido en la cocina. Me detuve y me puse alerta. Eran las ocho y media aproximadamente, Midoriya ya estaría en la oficina desde hace una hora. Deje mis muletas aconchadas en la pared y camine lo mas silencio que pude hacia la cocina.

Podía tener una pierna enyesada, pero eso no significaba que yo no fuese una amenaza. Al entrar a la cocina me detuve en seco. Ahí estaba, con un polerón rojo borgoña que le llegaba un poco más debajo de sus caderas y un simple bóxer ajustado que me dejaba ver sus piernas bien contorneadas.

- ¿Qué estás haciendo aquí? – inquirí curioso - ¿Hoy es tu día libre?

Escuche su suave sonrisa mientras aun sostenía una taza de café en sus manos. Se giro hacia mí, viendo que no cargaba mis muletas me vio con reproche.

- No. Hemos tenido más trabajo últimamente, así que me he exigido de más – pausó. Un smash habría dolido menos. – así que decidí tomar el día libre de hoy.

- ¿Cómo? – susurre mientras lo veía dejar su taza y caminar hacia mí.

- De nada sirve que me exija y que al final por eso pueda quedar fuera de combate. Kaminari me dijo que junto con kacchan tomarían mi ruta hoy.

Sentí sus brazos rodear mi cintura y por acto reflejo yo rodeé la de él. Deposité un beso en su frente.

- Kaminari te dijo que el junto a Bakugo te cubrirían. ¿Estás seguro de que Bakugo aceptó? – no es que Bakugo no lo hiciera antes, pero siempre se mantenía recio a ello.

- Sí – pauso pensativo – creo que hay algo más ahí, así que no creo que se niegue. Solo déjalo ir Shoto.

Llevo sus manos bruscas hacia mi rostro. Nuestras miradas chocaron brindando calidez a mi corazón. Midoriya junto sus labios con los míos en apenas un choque antes de reír tímido y que yo le devolviera el beso un poco más profundo, pero sin rayar en lo sucio.

Su boca sabia a café con leche recién hecho, lo cual no me molestaba. Le daba un toque al beso cálido y hogareño. Era como esos días en los que sabias que tendrías a tu pareja todo el día mientras no hacían nada y se la pasaban en la tele solo haciéndose mimos. Adoraba esos días.

Mis manos se posaron en sus caderas antes de separarnos del beso y reírnos como cómplices de alguna fechoría que hicimos. Me sobresalte al ver una mirada brillante y picara en los ojos de Midoriya. Sabia lo que significaba esa mirada. Yo igual me emocione.

- Ya ha pasado medio mes desde que te accidentaste, tus costillas deben de estar mejor ahora – susurro cerca de mis labios antes de volver a juntarlos.

El sabor a café seguía ahí, pero esta vez era un poco mas dulce. Un buen anestesiante ya que ni la pierna enyesada sentí.

Pegue a Midoriya mas hacia mi cuerpo antes de separar nuestros labios. El junto su frente a la mía susurrando un ligero "con cuidado". Le agradecería a Kaminari después. Esta vez, ese día, tal vez si tuviera acción.

Ya había dicho que adoraba los besos tímidos de mi Midoriya, ¿no? Bueno, ahí me encontraba una vez más, perdido en aquellos labios que me demostraban tanto cariño. Incluso si no hacíamos nada mas que echarnos en el sofá, yo igual me sentiría feliz. Enserio lo amo.

BESOS DULCES [TODODEKU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora