Se sentían ansiosos. Llevaban todo el día limpiado su hogar. Puliendo incluso hasta las sillas ya limpias. Sus miradas se cruzaban entre ellos de vez en cuando, pero sin poder decir nada, solo regresaban a su labor de limpiar su hogar. Verificaron por enésima vez que la habitación estuviese perfecta, linda y arreglada. El azul cubriendo la mayoría de las paredes adornadas con nubes, hacia la ilusión de estar cubierta de algodón. Esperaban fuese de su agrado.
Por meses, buscaron ropa nueva y linda, accesorios para el hogar y uno que otro juguete rezagado. Ese día, su motivación se alzó aún más al ver a Iida y Ochako sufriendo por una travesura; a Jiro y Hanta ya siendo esta vez su segundo intento; y, ver a Bakugo y Denki gritarse el uno al otro echándose la bolita.
¿Quién seguía?
Todo se volvía un caos, la casa se pondría patas hacia arriba teniendo a esas seis personas metidas en una sola habitación expectantes por qué dirán los anfitriones.
Izuku lucia nervioso (más de lo usual) y Shoto se veía ido. Ninguno de los dos parecía querer hablarse, más bien, parecían evitarse. La mayoría de los presentes temieron lo peor. Su pareja favorita. Mientras que otros solo se vieron en resignación.
El bullicio a fuera se escuchaba divertido. Los vecinos en su carne asada. Las risas de niños divirtiéndose. Madres gritando "¡No te vallas a caer, pendejo!" entre otras cosas, parecían hacer el ambiente de afuera muy alegre. Como una fiesta. Que no lo era, cabe destacar.
Los presentes intentaron detener el frenético movimiento de Izuku con la silla, ya hartos de la situación. Ochako fue la indicada. Un pequeño, pero bien dado zape detuvo al peliverde, quien hacia sonidos de reproche.
- No sabemos que mosca les pico a ambos, pero sea lo que sea, deténganse – sentencio Ochako con tono firme.
Izuku solo atino a disculparse avergonzado. Shoto por su parte empezó a repartir bebidas entre los presentes. La mirada bicolor choco con los ojos de Denki, quien sonrió cómplice. Bakugo gruño molesto.
Después de que el ambiente se relajase, las cosas empezaron a fluir de una mejor manera. Exceptuando el humor de Bakugo. El chico cargaba con un brazo roto y un letrero de niñera en la frente (no literalmente). Sin decir nada, en medio de una interesante platica sobre problemas maritales y quejas por parte de las chicas, Bakugo se fue. ¿A dónde? Solo él sabrá.
Denki los calmo alegando que iría por unas pastillas de él. Todos se la comieron y adiós Bakugo. Izuku inicio con sus pequeños lapsus al espacio, lo que llevo muchos regaños por parte de Ochako y uno que otro llamado de atención por parte de Jiro. Los presentes empezaron a preocuparse. Aun mas cuando Shoto no hacia otra cosa que mirar hacia la puerta, como si quisiese lanzarse por ella y ser libre.
- Bien... - inicio Ochako – hablen ahora o los mato – vociferó con recelo.
- Hablo por todos al decir que nos preocupan sus actitudes – secundo jiro.
- Lo sentimos, no es nuestra intención preocuparlos – pauso Shoto, cruzándose de piernas – pero los llamamos porque necesitamos algo de ustedes.
Todos se extrañaron. Venga, que no era malo que de vez en cuando los chicos les pidieran uno que otro favor, pero sí que era rarísima la vez que aquello sucedía, puesto que, ambos siempre decidían hacerlo por ellos mismos.
Hanta alzo la mano antes de hablar – ¿es bueno o malo? – planto la duda en los restantes – pero... saben que, si podemos ayudarles, aquí estamos.
- ¿Pa' qué somos buenos, todoroki? – sonrió Denki sonsacaron.
Izuku lo vio con recelo. – la verdad es que... necesitamos a sus hijos – soltó con una sonrisa angelical.
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BESOS DULCES [TODODEKU]
ContoTodoroki se queda solo en casa y un amable pecoso se queda a dormir haciéndole compañía. . . . He decidido que esto se va para largo... so, disfruten pinches puerkas.