Capítulo 3.

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limpié con el dorso de mi mano una lágrima que se escapaba. Para verme con Patch en el Cadillac, pero algo llamó mi atención cuando iva pasando las escaleras, acaso era ¿la señora Millar?. Pero que hace aquí ella debería estar en Coldwater, sufriendo por la muerte de su hija o yo que se.

Baje y vi a Patch con el smoking que vestía ayer con su cabello negro un poco alborotado que le daba un toque sexy, me subí en el asiento del copiloto pero algo andaba mal ya que habíamos tenido los 5 minutos en silencio mas largos.

-¿Sucede algo?.- Pregunté para romper el silencio que había entre nosotros.

-No angel.- Me dijo mirándome de reojo como si estuviera inspeccionando mi aspecto.

-Llegaremos al departamento para que puedas cambiarte de ropa y después iremos con tu madre.- Algo había oculto en sus palabras o... en sus pensamientos.

-¿Que piensas...en este momento?.

-Sabes que pienso,- tomo una pausa- que nunca me cansaré de tenerte a mi lado, tu eres lo mejor que me ha pasado Nora, tu eres la razón por la que renuncié a tener un cuerpo humano y nunca me retractaré de esa decisión, eres mía Angel y yo todo tuyo.

Mi corazón se aceleró, solo esperaba no derramar una lágrima ante aquellas palabras.

-Yo también te amo Patch.

Los pasados últimos tres años habiamos luchado para seguir adelante juntos ya que Patch es un ángel caído y yo un Nefilim, un ángel caído no puede sentir eso me lo habían explicado varias personas tiempo atrás ya que era la líder de el ejército de Hank, pero después el detective Basso que es un arcángel que estaba investigando a Chauncey, Hank y Bakley ya que tenía sospechas de el uso de la hechicería diabólica, cuando acabe con ella Basso le había otorgado a Patch el poder sentir al igual que yo.

Llegamos al departamento que habíamos alquilado mientras estábamos aqui. Mi madre por fin había aceptado que viviera con Patch, el estilo de Patch me encantaba la cama tenía unas sábanas de seda negra y un colchón que había tenido diferentes experiencias Patch y yo en el.

Me fui directo hacia donde guardaba mi ropa y tomé lo primero que vi, una blusa blanca de seda y unos jeans azul claro mas unos botines negros, en lo que me vestía oí la voz de Scott sonar en mi cabeza
*¿Nora?*

Lo había escuchado como si me hablará mentalmente, pero lamentablemente no era posible, ya que estaba muerto.

*¿Scott? *

Ya habían pasado tres años desde su muerte ¿como podría estar con vida?, o si no tenía que haber descubierto una manera de comunicarse.

Patch entró a la habitación parecía alterado o algo confundido.

-Acaba de suceder algo realmente imposible.- Me dijo con algo de preocupación, así que en vez de preguntar lo que había pasado lo solté.

-A mi me parece que Scott me habló mentalmente.- En cuanto salieron esas palabras de mi boca lo vi ponerse pálido, que no era algo común en las expresiones de Patch.

-¿También a ti?.- ¡¿Como era posible?! A Patch también le hablo pero... ¿Cómo?

-Me parece que nuestro querido amigo Scotty ha encontrado una forma de comunicarse con nosotros después de la muerte.

Argumentó en un tono casi sarcástico.

-Si, pienso lo mismo.- Me límite a decir.

Su extraña y repentina conversación me había dejado impactada, aún no lograba digerir lo que había ocurrido, en eso nuevamente se me vinieron miles de recuerdos de Scott en mente.

Entonces una pequeña lágrima se asomo, y fue recorriendo mi mejilla hasta perderse por mi cuello. Patch la notó y se acerco a mi dándome un abrazo cálido para que pudiera entrar en tranquilidad.

Nuevamente Scott habló:

*No llores por mi Grey, lo hice para que tu pudieras ser feliz a lado de Patch y tener un futuro ustedes dos*

*Te necesito Scott, desde el día en que me dejaste fui destrozada al igual que Vee, ella te extraña aun mas que yo, ustedes se merecían*

Le dije aún en los brazos de Patch.

*Si, así debió ser*

Había una pizca de nostalgia en sus palabras, pero esas habían sido las últimas, esperé otra frase o algo que viniera de él. Pero no llegó. La corta conversación que tuvimos hizo que entrará en llanto.

-Vamos, que llegaremos tarde.- Me dijo Patch en un tono suave mientras se posaban sus labios en los míos descargando tranquilidad dentro de mi cuerpo.

Llegamos al aeropuerto donde mi madre nos esperaba para que partiera a Coldwater, logré divisarla a lo lejos ya que vestía llamativa pero casual.

- Ahi esta mi madre.- señale al punto donde se encontraba ella.

Nos dirigimos y ella hizo unas señas que no pude entender.

-Ahi venden las mejores Donuts que he probado.- Dijo lamiéndose los dedos que estaban cubiertos de una especie de glaseado gris.

-Vee estaría contenta de escuchar eso.-  Dije con una sonrisa casi riéndome.

-Mi vuelo sale a las doce en punto.- Dijo mirando su reloj que marcaban las doce con cincuenta y cinco minutos.

-Ayer no los vi al término de las fiesta, ¿a dónde fueron?- se dirigió a Patch.

Pude notar lo nervioso que se puso al oír a mi madre preguntarle.

-Salimos a tomar aire fresco.- Se apresuró a decir.

*Tomar aire? En serio?* le dije mentalmente con una media sonrisa.

-Eso me suena bien.- Dijo mi madre, con cara de que no se creía nada en lo absoluto.

-Tengo que irme, ustedes llegaran en un par de semanas ¿cierto?.

-Si así es Blithe.- contesto Patch más calmado.

Mi madre tomo un pasillo que abordaba su avión y desapareció.
Vi como Patch se relajaba lentamente debido a la conversación anterior.

-Todo eso fue un desastre.

-¿Desastre?...- me miró como si estuviera bromeando- A mi me pareció que no se trago nada de lo anterior.

Y estaba de acuerdo con eso, no se creyó nada.

-Pude sentir que te pusiste tenso.

Dije escondiendo una leve risa.

Después de finaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora