Hoy es uno de esos días melancólicos, en los que retrocedes a tus vivencias y anhelas momentos que fueron algo muy bueno y también recuerdas los que fueron desastrosos pero que marcaron tu vida.
No puedo decir que mi vida es obra de la casualidad y que he ido con la corriente solo viendo lo que me depara el destino, realmente no creo en eso. Después de ganar una guerra como lo fue vencer a Voldemort y su séquito de idiotas, y es que no creo que tengan otro calificativo porque hay que serlo para idolatrar a un igual como superior.
Todo lo acontecido después fue un caos para todos pero se sale adelante lo mejor que se puede, da igual, si el problema tiene solución para que vivir preocupado y si no la tiene pues también.
Ahora estoy en el último curso para salir de Howarts con 19 años ya, se me paso el tiempo de salida entre búsquedas y guerras pero será una buena historia que contar con los años.
El tiempo de introspección se está terminando, tengo diez minutos para llegar a la clase de posiones con Snape. Otro hombre digno de análisis, ahora su historia es bien sabida. Debo decir que fue uno de los que más me sorprendió, todo de él realmente, su forma de trabajar en los dos bandos al mismo tiempo no es cualquier cosa y más los motivos que lo motivaron a hacerlo. El amor, ese amor de juventud hacia Lily Potter y las ganas de proteger lo último que quedaba de ella, su hijo. Y me sorprende no por que sea amor si no por lo ridícula que suena toda esa historia de sacrificio. Sin nada sólido que la sostenga pero cada quien es libre de hundiese en la miseria que quiera por la causa que quiera.
