cinco

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—¡Sácame de aquí imbécil! —vociferó Mark golpeando la puerta.

Podía escuchar la risa de Jinyoung y sus secuaces fuera en el pasillo.

—¿No te agradó la broma Markie? —se burló Jinyoung y luego rió con ganas— Vámonos, este chico tiene mucho qué pensar si quiere volver a meterse conmigo.

Mark era blanco fácil para Jinyoung, era uno de los pocos chicos que le daba batalla a sus insistentes molestias, y aunque el americano tuviera opción de ignorarlo, prefirió enfrentarlo sin saber que le estaba dando gusto.

Escuchó los pasos alejarse junto a las risas y suspiró con frustración revolviendose el pelo. De nuevo golpeó la puerta y empujó con todas sus fuerzas.

Un par de pasos sonaron acercándose y sintió algo de esperanza brotar de su ser.

—¿Hay alguien ahí? —preguntaron del otro lado de la puerta.

Parecía una pregunta estúpida teniendo en cuenta que finalizando el horario de clases, ya nadie debería permanecer en el instituto y menos dentro del armario de limpieza. Pero Mark solía ponerse nervioso cuando estaba encerrado en espacios reducidos, no era exactamente claustrofóbico mas, tener la idea de quedarse todo el fin de semana ahí dentro le aterraba

—Ayuda por favor —dijo Mark pegando su oído a la puerta esperando ser sacado.

La perilla hizo un extraño ruido, la desesperación de Mark lo llevó a empujar la puerta con fuerza y se abrió de golpe embistiendo al chico detrás de ésta.

Mark pudo respirar aliviado pero su expresión se endureció en cuanto vió al castaño frente a él.

—¿Estás bien? —preguntó Jackson un poco preocupado.

—Lo estoy —escupió Mark y se fue sin decir más.

Quién envidiaría esa suerte

More Than Anything In The World |Markson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora