🍼Quinto Pucherito🍼

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–Jimin hijo, sabes que te amo ¿verdad?

La sonrisa en el rostro del bebé se volvió más grande al ver a su padre y agitó sus manitos golpeando la superficie sobre la que estaba.

–¡Papá! 

–Ven mi amor, deja eso.

San se acercó cautelosamente a su bebé, tratando de que no se agitara.

–JiMinnie, bebé bonito, ven con papá.

Los brazos del pelinegro mayor se extendieron con la intención de tomar a su bebé, pero Jimin se negó lanzando mordiditas al aire y golpeando su regordeta mano sobre la computadora portátil en la que estaba sentado.

Cuando habían llegado a casa, San bajo a su angelito y se ocupo en acomodar las cosas comestibles que compraron en el súper, en cuanto había terminado, esperaba ver a su pequeño bebé, jugando en la sala, justo donde momentos atrás estaba, pero por supuesto Jimin ya no se encontraba ahí. 

Escalando sobre las sabanas, Jimin había logrado subir a la cama y conseguido tomar el portátil de San, que se encontraba en la pequeña mesa en un lado de la cama, había visto antes a sus padres abrirla por lo que no le fue difícil hacerlo y ponerse a jugar presionando botones al azar hasta encenderla, los ojitos rasgados del bebé se iluminaron al ver las luces y dibujitos en la pantalla de la computadora, y con más ahínco sus deditos presionaban las teclas.

El momento en el que San había entrado a la habitación, un jadeo asustado salió de sus labios alertando al bebé, quien se sentó sobre las teclas del computador portátil y le dedico su más dulce sonrisa a su asustado padre.

–JiMinnie, papá guarda cosas importantes ahí, vamos ven.

Los nervios y la ansiedad estaban carcomiendo a San, ahí guardaba pistas sobre futuras canciones para la empresa en la que trabajaba, y temía por qué su regordete bebé hubiese eliminado algo sin saber, hacia poco que habían saldado la deuda de la computadora, por lo que perderla sería bastante desastroso, por ese motivo, estaba tratando de alejar a su pequeño hijo de la máquina, sin embargo el bebé parecía no tener intenciones de hacerlo.

Cinco minutos, diez minutos, y finalmente quince minutos después de rogarle bonito y hacer caras graciosas, el bebé se había puesto de pie sobre la cama estirando sus pequeños brazos hacia su padre.

–Eso es cielito, ven con papá.

Sin embargo en el último momento, sus piernitas fallaron haciendolo caer sentado sobre la pantalla de la computadora, provocando un fuerte sonido de algo quebrándose.

San contuvo el aliento, y con el alma pendiendo de un hilo se termino de acercar hasta cargar en brazos a su hijo para poder revisar la computadora.

El pelinegro mayor apretó sus labios succionando la regordeta y esponjosa mejilla de Jimin en un intento por no maldecir.

El bebé gordito había caído justo sobre la unión de la pantalla y las teclas, quebrando por completo las partes que la mantenían unidas, era imposible siquiera tratar de hacerla funcionar.

Un suspiro frustrado por parte de San resonó en la habitación, miró fijamente a su bebé que estaba ocupado succionando su dedito pulgar, y beso sus mejillas esponjositas.

No iba a enojarse con su hijo, después de todo, era su culpa por no vigilarlo bien y dejar sus cosas en cualquier lugar, ahora entendía porque desde que su bebé caminaba, Jimin tenía un afán por alzar cualquier cosa que pudiera ser rota, aunque bueno, no es como si su querido JiMinnie pudiera alzar muy alto las cosas, pero al menos estaban fuera del alcance de Jimin y eso era lo importante.

No iba a enojarse con su hijo, después de todo, era su culpa por no vigilarlo bien y dejar sus cosas en cualquier lugar, ahora entendía porque desde que su bebé caminaba, Jimin tenía un afán por alzar cualquier cosa que pudiera ser rota, aunque bu...

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Un día con papá🍼 [Sanwoo]   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora