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Emilio
Me encuentro en una tienda donde lo único que puedo pensar es en Joaquín. Le pedí a mi mejor amigo Leonardo para que me acompañe a escoger el mejor traje de bodas. No te casas todos los días y quiero verme de lo mejor ese día tan especial. Aún no puedo creer que me voy a casar con mi bonito. Los dos ya pasamos por mucho pero ahora estamos a nada de un felices por siempre.
Todos los preparativos los hemos hecho juntos; desde escoger el sabor del pastel hasta del color de las flores para la ceremonia. No puedo negar que estoy con muchos nervios con todo esto, pero se que será una de las mejores bodas. Quiero que tengamos una boda hermosa y la podamos recordar cómo el mejor día de nuestras vidas.
Hermano, ¿Ya puedo ver cómo te quedó el traje? - Leo me hablaba sacándome de mis pensamientos.
¡Si solo dame un segundo! - Le gritaba desde el vestidor no tan fuerte para no molestar a los demás clientes.
Después de un rato más salí para pedir la opinión de mi amigo. Ya había perdido la cantidad de trajes que me había probado, pero no podía encontrar el perfecto. Esta era mi boda y no me iba a poner cualquier cosa. Agradezco que Leonardo entendía pues ya llevamos un buen tiempo buscando y él no me apresuraba.
¿Bueno qué tal? Yo creo que está bien pero la tela no la siento cómoda - Me posicione frente a él para que pudiera darme su opinión.
Entonces esa no es la correcta - Me decía con franqueza - Mira encontré este otro yo pienso que te va a encantar.
Es ahí cuando me di cuenta lo que sostenía. Se trataba de un esmoquin color vino oscuro. Al verlo sabía que tenía que probármelo y algo me decía que ese era el traje correcto que estaba buscando.
Lo tome rápido después de decirle gracias a Leo, y me metí lo más rápido posible a los vestidores. No tarde nada en poder salir para enseñarle a Leo que tal me quedaba.
Yo creo que este es el traje. Se te ve bien hermano - Leonardo se escuchaba emocionado.
Si, estoy de acuerdo contigo me encantó este traje - Le decía mientras no dejaba de mirarme en el espejo que se encontraba frente a mi. El collar del traje era de color negro dándole un contraste muy hermoso. Ya había encontrado el traje perfecto y eso me hizo sentirme más nervioso.
¿Crees qué a Joaquín le guste? - No pude evitar sonar un poco inseguro.
¿Estas loco verdad? Pero claro que le va encantar te ves muy galán - No pudimos evitar las carcajadas por el tono de voz que había usado.
Gracias por acompañarme Leo. Eres parte clave de toda esta felicidad que estoy viviendo. Si tu no hubieses llevado a Joaquín a esa fiesta yo no hubiera conocido al amor de mi vida - Me acerque colocando una mano en su hombro dando un pequeño apretón en el. La conversación estaba tomando un rumbo serio.
Oye no tienes nada que agradecer - También colocaba su mano en mi hombro - Tú eres mi hermano y estoy siempre para apoyarte. Pero ya, no nos vamos a poner a llorar ¿Verdad?
Tienes razón, pero se que vas a llorar en mi boda - Le decía jugando con él.
Claro que no. El que no va dejar de llorar serás tú - Empezamos con las carcajadas. No entiendo cómo pasamos hablado serio a burlarnos de ambos. Pero sabía que él estaba feliz por mi y era lo único que importaba. Sabíamos que siempre nos íbamos a apoyar.
(...)
Después de preparar todo acerca del traje; como las medidas indicadas, saber la fecha que la necesitaba y todo para pagarlo salimos de la tienda. Por haber tenido a mi amigo todo el tiempo conmigo quise compensarlo y lo lleve a comer.
