Prologo.

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- ...Y dígame, ¿Cuál es su nombre? - Preguntó el hombre a cargo de mi entrevista.

- Mi nombre es Adriel, Adriel Alphonse - Respondí con sinceridad.

- ¿Porqué quieres este trabajo? - Preguntó.

- Necesito un trabajo, desde hace tiempo perdí contacto con mis familiares, ahora soy independiente - Dije, tomando una pausa - Quiero tener un trabajo hasta que termine mis estudios, y pueda buscar algo mejor -

- ¿Tienes algún traje? Necesitamos que vistas con algo de ''Clase'' para nuestros clientes, y claro, para dar mejor impresión - Dijo, mirando que iba con mi uniforme de preparatoria.

- No lo tengo aún... Pero no hay problema, puedo comprar uno -

- Muy bien, veo que aún estas estudiando, ¿No hay problema con que trabajes? -

Por cada respuesta que doy viene otra pregunta...

- Nadie debe saber que estoy trabajando - Respondí.

- Eso podría ser un problema... - Dijo, anotando en esa libreta que estaba sobre su escritorio. - Por lo que me has dicho, ¿Vives solo, o tienes alguna pareja? -

- No... Vivo solo - Respondí.

Desde hace tiempo esa pregunta se siente como una gran punzada en mi corazón...

- Está bien, ¿Qué días estarás libre? - Preguntó, juntando sus manos.

- Pues, toda la semana si es posible - Respondí, una vez más.

- Muy bien, lo esperamos este lunes señor Adriel - Dijo el hombre, sonriendo por primera vez en toda esta larga entrevista.

- ¿Lo dice enserio? - Dije sorprendido, al no tener una hoja de vida, sería complicado conseguir un trabajo, y mas en un lugar tan ''Refinado'' como este.

- Por supuesto, estamos muy faltos de personal ahora que inauguramos hace tan poco - Dijo - Pero eso sí, necesito que sonrías un poco, esa seriedad y esa mirada tan vacía no será agradable para los clientes, ¿Vale? -

- Haré el intento, muchas gracias - Dije inclinando mi cabeza, en señal de agradecimiento.

- Ve a descansar niño, estudiar y trabajar no es nada fácil, la experiencia no miente - Dijo aún con esa sonrisa tan confiada.

Caminando por el restaurante, para finalmente irme a mi casa, pude ver lo grande que este era, todas las mesas, las sillas, la decoración tan clásica pero fina, la cocina que estaba escondida hasta el fondo, tan lejos que no llegaba el sonido hasta aquí. Todo el lugar estaba sumamente lleno, no miento si digo que hay alrededor de cien o ciento cincuenta personas, y solo habían cuatro meseros. Era un trabajo arduo, sin duda alguna. Toda la gente estaba vestida de una manera muy formal. Trajes, vestidos, chalecos etc. Básicamente sobraba allí, con mi uniforme puesto.

Puse un pie fuera del restaurante solo para darme cuenta de que había una gran tormenta fuera, la lluvia era muy fuerte... ''El cielo está llorando'' Dirían mis padres.

Las nubes del día de hoy habían estado muy tristes, acompañándome, y de cierta manera, regalándome un clima frío y agradable.

Conseguí el trabajo, es lo positivo del día de hoy.

Puse mi maletín en mi cabeza y comencé a correr, para de esta manera, mojarme lo menos posible.

Mi apartamento estaba aún muy lejos, parecía demente corriendo por las calles mientras los demás se resguardaban de la lluvia en los establecimientos que aún estaban abiertos.

Primavera MarchitaWhere stories live. Discover now