VIII

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La tranquilidad invadía cada poro de su cuerpo desde hace ya dos días.

Sentir el apoyo de su hermano mayor y haber hecho caso a sus palabras fue una buena elección.

Era consciente de que el compromiso familiar seguía allí, y seguiría por mucho tiempo, pero sus inseguridades aminoraron después de descargar la tensión con palabras. En él floreció una seguridad frágil que con el paso de los días esperaba endurecer.

Después de aceptar la invitación de Hanta se lo hizo saber a su mejor amigo, Midoriya, con un mensaje muy escueto.

*Iré contigo

Ni siquiera un hola pudo escribir. Las palabras desconcertaron al menor.

*Hola amigo 🤗🤗🤗🤗... ¿A dónde iremos?

*A la fiesta de Hanta

*¡¿Enserio?!

*Si, ¿Por qué te mentiría?

*No, no, no hablo de eso. Es que cuando te invite me dijiste que no podías.

*Bueno porque en ese momento no podía, pero ahora si

*Me alegro mucho Todoroki. Después de lo duro del semestre nos lo merecemos.

*Eso creo

Siguieron con su platica de forma amena. Quedaron de verse el viernes en la Universidad, pues en el transcurso de la semana no habían tenido oportunidad de encontrarse.

Y ya era viernes.

En ocasiones comenzaba a releer las conversaciones de WhatsApp y si no era nada importante solía borrarlas, por eso había leído los mensajes que le hizo llegar a el peliverde días antes.

-¡Por fin te encuentro! -una voz muy animada se acercó. Por el timbre dedujo que se trataba de Midoriya, y si, era su amigo-.

-Midoriya

El semblante del peliverde parecía agitado. Corrió las tres hectáreas de Yueii que separaban su facultad de la de Todoroki.

-Pensé que te irías. Lamento si te hice esperar -El menor comenzó a rascarse la nuca. Sonreía con nerviosismo.

-Llevo dos minutos afuera -dijo- quizás tres.

-¿A si? Yo imaginando que había tardado una vida en llegar.

Ambos comenzaron a reírse. Hace cuantos días que no compartían momentos como esos. En parte el bicolor era consciente de su responsabilidad, el alejarse de sus amigos fue decisión propia sin presiones de nadie.

-Sabes Todoroki, estoy muy feliz de que hayas aceptado la invitación a la fiesta.

-También lo estoy.

El menor se sorprendió. Él pensó, tal vez, que el menor habia sido obligado por la presión de sus hermanos o hasta del propio Sero.

-Puedo saber porque cambiaste de opinión -su curiosidad era muy grande. En ese instante olvidó por completo darle espacio y tiempo al mayor para platicarle acerca de cualquier cosa, se arrepintió de su atrevimiento- bueno si no me quieres decir también está bien -volvió a reír nervioso-.

-Hable con Natsuo -murmuró-. Me dijo tantas cosas a las que hice oídos sordos por miedo a defraudar a mis padres y a mi.

El de ojos esmeralda se mantuvo callado por algunos segundos, dándole espacio al otro para continuar.

-Pero por fin lo entendí. -El semblante genuino que demostró en esos instantes tranquilizó el corazón de Midoriya- Debo de hacer lo que me apasiona con entusiasmo y aunque algunos asuntos sean un dolor de cabeza para mi, también tengo que hacerlos de la misma forma.

Mi recompensa eres tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora