Las palabras del otro se mantenian en su mente.
Después de la discusión con el medio albino su jefe lo regaño, nunca imagino que uno de sus mejores trabajadores perdiera la compostura así, decidió de forma apresurada descontarle el día, el rubio cenizo no rechisto.
Regresó a su casa reflexionando, debía aprender a controlar más sus impulsos, ya lo hacía, pero ese maldito bastardo lo enojada demasiado sin saber porque.
Concilio el sueño entrada la madrugada. Tenía que descansar pues su turno en el restaurante empezaba a las diez y ya eran las tres.
♤
Todoroki daba pinceladas aleatorias sobre un lienzo preparado, sentía que su paisaje no tomaba forma. Volvía con las acuarelas, difuminaba con agua pero el resultado era el mismo.
Tras la desafortunada salida de ayer pidió disculpas varias veces. Midoriya le restaba importancia diciéndole que también pudo haber echo algo, tan siquiera defenderlo en vez de quedarse como momia petrificada. Ambos aprendieron de sus errores y acordaron volver a salir, esperando que todo saliera bien esta vez.
Para sacar su frustración usualmente pintaba, lo tranquilizaba. Ver los colores mezclándose, las líneas del lápiz formando objetos adormecian sus emociones dejándolo al margen. Hoy no apreciaba esa paz.Se recargo lentamente sobre la pintura manchando su cabello en el acto. Escuchó el Shõji de su habitación. No volteó, reconoció a la persona por las pisadas.
-Padre...
-Shõto.
...
-Entonces ¿necesitas qué me haga cargo de un restaurante? -preguntó dubitativo el bicolor.
-Así es Shõto, lo sabrás por tu madre -dijo un poco indignado- la situación es difícil, el negocio ahora no próspera como antes pero con tu ayuda y la tus hermanos saldremos de ésta.
Comprendía la situación. Desde días atrás se percató de la preocupación en la cara de sus padres. No pregunto ni hizo comentarios al respecto. Si su familia necesitaba de el aceptaría gustoso sin embargo no le apasionaba del todo. Entendía lo de Natsuo, su hermano era licenciado en Turismo claro que su padre lo reclutaria para trabajar en el negocio familiar pero él ni por asomo sabía algo de administración y menos servicio al cliente. Su carrera era completamente diferente, el contacto más preciado lo tenía con su papel de alto gramaje y sus lápices HB. Dudó por un momento.
-¿Entonces Shõto? -cuestiono su padre de nuevo- Sólo tienes que decirme si o no.
-No lo sé. Es difícil sabes -agachó un poco la cabeza- siento que no estoy preparado para esto.
Enji mantuvo silencio, tampoco obligaría a su hijo. Estuvo a punto de salir del cuarto cuando escuchó la voz gruesa de Shõto.
-Lo intentaré. Dame un poco de tiempo, haré lo que pueda -alzó la vista, decidido pero temeroso de la situación. Pero al tratarse de su familia daría todo de sí.
◇
-¡Maldita sea! -gritaba el cenizo agitando una caja que contenía mercancía que debía ir en los estantes.
-Tranquilo Bakugou -se acercó Kirishima colocando su mano sobre el hombro del ojirubí.
-¡No me pidas que me calme! -bramo rechistando los dientes- ¡Mejor ayúdame a buscar una malditas tijeras!
El pelirrojo corrió por el pasillo llendo por las tijeras que su amigo le había pedido, sin darse cuenta interrumpió el paso de un joven que venía caminando por la zona de dulces.
ESTÁS LEYENDO
Mi recompensa eres tú
RomansCada uno pertenecía a mundos completamente diferentes. Todoroki Shõto siempre lo tuvo todo: Una familia cariñosa. Una vida cómoda y con lujos. Hermanos comprensivos en los que se podía apoyar si tenía algún problema. Estudiaba por Amor, no por nece...