Fiesta, desilusión y cariño

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Cuando llegamos a la fiesta, un montón de compañeros nuestros de la universidad estaban bebiendo, riendo, bailiando y besándese a más no poder.
Odiaba aquel exibisionismo, pero ese era mi mundo, y con sus virtudes y defectos, me gustaba.
-Alex, es Kris- Thina murmuró emocionada a mi lado mientras miraba al castaño de uno setenta acercarse a nosotras.
-¿Te gustaría venir conmigo?- los ojos carmelitas amarillentos del chico eran un reflejo claro de sus intenciones; y tuve que contener la risa, cuando, a su vez, Arián contuvo las ganas de lanzarle un piñaso. Ambos sabíamos que estaba jugando con nuestra amiga, pero ella nunca había querido que interviníesemos en sus relaciones.
-Ssii- respondió la chica tomando la mano que él le extendía, y despidiénse de nosotros mientras sonreía como una boba.
-Voy a quedarme cerca, para evitar que haga cualquier estupidés- dijo Ari cuando ambos estaban bastante lejos como para oírnos.
-Si, yo también me quedaré cerca para evitar que tú hagas una estupidés- mi hermano sonrió sarcásticamente y comenzó a andar el mismo camino que Catherina había hecho.
Miré como se mezclaba con las demás personas de la fiesta, y decidí hacer mi propia vigilancia, pero antes tenía que entretener a mi estómago, porque no podía darle su merecido a aquel mortal con el estómago vacío.

Macarena había insistido en acompañarme, pero mi respuesta había sido un no rotundo; era un lugar peligroso y yo no iba a estar al pendiente de ella todo el tiempo.
Vi a lo lejos el reflejo de una cabellera plateada y azul que me sonaba algo familiar. La joven hija de Afrodita estaba hablando con un grupo de chicos que llevaban el letrero de "pasa la noche conmigo".
-Permiso- me acerqué a ella y la tomé por el brazo alejándola de allí.
-¿Nícolas?- dijo la chica algo impresionada.
-El mismo.
-¿Pasa algo?
-¿Sabes lo que estaban pensando?- ella sonrió de manera seductora y tierna a la vez.
-Es bastante obvio.
-¿Entonces, por qué...?
-Porque mi mejor amiga estaba a unos pasos míos y está apunto de ser decepcionada por el chico que le gusta. Y antes de que preguntes- puso su dedo índice en mis labios justo cuando iba a hablar- no le digo nada porque ella prefiere vivir las epxeriencias antes de pasar su vida detrás de una barreta emocional- se señaló de arriba a abajo dando a entender que esa sería su posición.
-Entiendo. Entonces estás de vigilancia.
-Yo y Arián- mi cara de incomprensión debió provocar su aclaración- Mi hermano gemelo- mal de mi parte. Había grabado su persona al instante, pero no tenía ni idea de quiénes eran sus hermanos.
-¿Vas a seguir con tu guardia, o puedes hablar con un amigo?
-Puedo hacer ambas- yo acentí y tomé dos latas de cerveza de la hielera, para ofrecerle una a ella.
-No me gusta, gracias- una chica a la que no le gustaba la cerveza, eso no iba mucho conmigo. Saqué una botella de cola y se la alcancé- En realidad no me gustan las bebidas alcohólicas, son amargas.
-Ya- nada que ver conmigo. Una sonrisa se formó en sus labios, pero no quice preguntar por qué.
-¿Y qué haces por aquí?
-Esperando- no aclaré a qué, porque si no le gustaba beber, menos le iba a gustar lo que tenía que hacer.
-Supongo que no puedo saber a qué- le ofrecí mi silencio por respuesta- Entonces hablemos de algo más productivo- asentí- Si eres hijo de Hades y Perséfone, entonces eres un dios- eso había sido una afirmación, así que dejé que continuara con su indagación sobre mi familia, cosa que me hacía gracia- ¿De qué?
-Todos los dioses no tienen que regir algo, sobretodo si son dioses bajos, o sea, mi caso. Yo soy, digamos que una de las tantas manos derechas de mi papá.
-¿Tienes muchos hermanos?
-Tres, dos hermanos y una hermana.
-Pobrecita, rodeada de hombres- su comentario hizo que sonriera. Era lo mismo que decía Maca.
-Tiene diecinueve.
-Igual que yo. ¿Cuántos tienes tú por cierto?
-Veinticinco. Entonces estás en la universidad.
-Sip. Historia Universal.
-Muy acorde. Yo soy licenciado en Mates.
-Madre mía, pero si eres un empoñón.
-Ya quiciera mi madre.
-A mi también me gustan las mates, y si Mile me oyera diciendote empoyón se burlaría de mí- supuse que "Mile", era otra de sus hermanas.
-¿Por?
-Porque yo soy la primera que se pasa el día estudiando y no deja de hacer una tarea- otra sonrisa, esta chica me hacía sonreir más de lo normal- ¿Por fin, cómo ayudas a tu papá?
-Regreso las almas que se escapan del inframundo.
-¿A eso esperas?- inteligente y  bonita, qué otros secretos guardaba.
-Más o menos- su mirada se volvió gélida por un momento, y sus ojos antes de un color celestial, pasaron a ser témpanos de hielo.
-Ahora regreso Nick. Debo ocuparme de mi amiga- asentí y vi como se marchaba.

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