El aula no.13

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-Adrián- ¡eh! Es que... Tengo mucha sed, y ya empiezo a tener hambre

me agaché y corte la cuerda que lo retenía-

-Mark- si, me lo imagine, te paso igual el otro año, acompañame

Le hice una seña para que bajaramos a la planta de abajo, rebusque en mi mochila para sacar un pequeño brik plateado y después se lo entregue

-Mark- esto es un sucedáneo de sangre, bebelo, te aliviará la sed

Agarró el brik y antes de morderlo se dirijo al más bajo

-Adrian- gracias

Cuando acabo lanzó el envase vacío a la basura y justo cuando esté entro toco el timbre indicando que teníamos que sentarnos ya en nuestros asientos.

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Al día siguiente llegue justo a la hora, al llegar divise a Miryam esperando en la puerta, cuando entramos nos dirjimos a nuestra clase, por los pasillos no había nadie ya que los humanos entraban antes que nosotros.
Al entrar a nuestra aula Paula y Nerea estaban hablando en la entrada, nos saludamos y nos dirijimos a nuestros sitios, la profesora ya estaba sentada en su mesa, cuando nos sentamos sonó el timbre que daba comienzo a la primera hora de clases.
Estábamos todos en silencio mirando a la profesora quien abrió uno de los cajones de su mesa y presionó un botón que había dentro, después de eso miramos a nuestro alrededor sorprendidos viendo como los muebles desaparecían y la clase se transformaba en una totalmente distinta.

Era una clase sin ventanas, lo único que la iluminaba eran unas luces tenues y tétrica de un tono anaranjado, las paredes eran de piedra sin pulir como el de una mazmorra y el suelo y el techo eran de madera bastante oscura.
Había un escalón que daba a la pizarra y la mesa del profesor que estaban más arriba, encima de la mesa negra reposaba un pesado libro de poderes el cual antes se situaba en la estantería la cual desapareció antes junto a los otros muebles.