¿No Podíamos ser Agua? [SabiGiyuu Shots]

III. Flores Para Ti

Summary: Sabito mira de lejos a Giyuu cuando el regresa a la montaña, y piensa mucho en las cosas no dichas.

Arrepentimiento agridulce con una suave fragancia floral.

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One Shot
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A veces quisiera volver atrás en el tiempo, para poder tomar tu mano, y decirte directamente lo feliz que me hacía tenerte a mi lado. Lo mucho que amaba poder pasar tiempo juntos. Decirte a viva voz que te quería, para que no tuvieras ninguna duda, que supieras que mis acciones tenían un significado, que no lo estabas imaginando.

Que realmente fuiste mi primer amor.

—Sabito, ¿No te gustan las flores? Mientras iba por leña esta mañana vi muchas en un claro cerca del arroyo.

—Las flores son cosa de mujeres.

Tu mirada se veía triste, y no entendía por qué, pero aún así, sonreíste y seguimos entrenando esa tarde. Sí fruncí el ceño en ese momento, definitivamente no fue por ti, no fueron tus palabras o tus reacciones, estaba enojado conmigo por sentir que me perdía de algo, estaba enojado porque te había hecho sentir mal y no sabía qué había hecho mal. Pero mi orgullo fue más grande en ese momento.

No fue hasta que te encontré el otro día observando algunas flores silvestres que me di cuenta que tu mirada estaba llena de anhelo, y comprendí que tal vez era más significativo para ti de lo que pensé. Me sentí tonto, me sentí perdido, porque sabía que había hecho que cerraras una parte de ti por mi. La molestia simplemente no se fue.

—¿Sabito? —Tu mirada esa tarde se iluminó, realmente no lo esperabas, y siendo sincero ni siquiera yo comprendía mis acciones.

Tu mirada cambio a una llena de dulzura, tus grandes ojos azules parecían brillar, y fue maravilloso. Contemplabas con admiración aquellas flores en mi mano, y tal vez mi ropa llena de tierra, al igual que mis manos con pequeños pinchazos por las espinas. Pero tu sonrisa fue suficiente para que las molestias pasarán al olvido, al menos un buen tiempo.

—A mi hermana le gustaban mucho las flores, en mi cumpleaños solía hacer unas coronas para ambos, y salíamos a pasear —, relataste con nostalgia, y por fin comprendí cuán significativo era para ti.

Cuando te inclinaste para abrazarme, no sabía por qué mi corazón latía tan rápido. Realmente quería preguntarte si el tuyo también se agitaba así. Quería que me dijeras que era así.

Pero jamás te pregunté.

Y ahora, que tú no puedes verme, has vuelto a ese mismo claro, donde florecen todos los años aquellas flores silvestres, hoy es tu cumpleaños, y quisiera poder volver atrás y abrazarte una vez más, dando gracias porque estás en mi vida, quisiera poder hacerlo hecho antes.

—¡Giyuu-san! —una voz te llama, iluminando todo cuando pareces perdido en tus pensamientos, tal vez recordando lo mismo que yo, tal vez anhelando poder cambiar las cosas.

Tanjirou es un hombre de buen corazón, valiente y radiantes, que sostiene una corona que Nezuko ayudó a hacer con alto esmero. Tú sonríes, y es una sonrisa tan cálida como en aquel entonces. Las flores contrastan con tu cabello negro, y simplemente es lo más hermoso que hay.

Y tal vez sea mi anhelo atorado en mi pecho que ya no puede sentir los latidos de mi corazón, tal vez solo sea mi imaginación, pero podría jurar que tus brillantes ojos azules se encontraron con los míos.

En ese momento, como si Kamado Tanjirou pudiera leer mis pensamientos, dice con efusiva voz:

—¡Feliz cumpleaños, Giyuu-san!

Tu mirada es cálida, pacífica como un mar en calma; quisiera poder seguir apreciando ese hermoso mar. Si en mi próxima vida te vuelvo a encontrar, definitivamente te daré todas las flores que quieras, y te diré todo lo que no pude decirte. Te agradeceré siempre que estés ahí, si es necesario te recordaré todos los días lo mucho que agradezco que hayas nacido.

La próxima vez, definitivamente te sabré querer y te haré la persona más feliz que puede existir.