Narro yo:
Nuestra protagonista se encontraba de nuevo amarrada en aquella fría habitación y aunque no era culpable de nada, suplicaba y forcejeaba para que su secuestrador la dejara libre de su castigo, sin embargo, ya era demasiado tarde.
Igarashi se acercaba con lentitud, mientras en su rostro se veía una sonrisa fanfarrona dibujada en sus labios...
La atmósfera se tensaba más y más, tanto que ambos podían sentir la respiración del otro, algo que a Hikaru le parecía escalofriante pero aunque quisiera no lo podía evitar, ya estaba demasiado cerca.
El sostenía su mentón con delicadeza, sus ojos estaban nublados por el deseo de querer hacerla suya.
Así que acerco su boca y lamió su oído suavemente, ella trataba de evitarlo apartando su rostro, pero el menor volvía a traerla hacia el.
Hikaru no dejaba de temblar, un horrible escalofrío le recorría la espalda, su temor no la dejaba emitir sonido, apenas se podía oír leves chillidos salir de ella, Igarashi no entendía lo que pasaba por su cabeza y decidió preguntarle.
- Estas muy nerviosa, senpai ¿tienes miedo? haha... relájate solo quiero verte un poco más...
- ¡N-No quiero esto! haré lo que pidas de alguna otra manera, pero jamás te dejaré hacerme algo, solo dime ¡¿Que diablos quieres?!
- ¿Qué que quiero?... simple, te quiero solamente a ti, Hikaru-chan~
No importa que pienses, no cambiare nunca de parecer.
¿Entiendes ahora por que me esfuerzo tanto por ti? Mmm creo que no... hehe, tendré que demostrártelo.
Poco a poco el menor deslizaba sus dedos hacia el cuello de su senpai y luego empezó a besar cada parte de él, mientras más avanzaba dejaba un sendero de pequeños chupetones a su paso.
Hikaru daba gemidos, no, más bien gritos de dolor pero él seguía aferrado a ella con fuerza, como si la chica fuera a desaparecer.
Entonces, él bajó una de sus manos a la camisa de Hikaru, desabotonando cada botón que veía, uno por uno, hasta llegar a revelar su blanco sostén.
El menor metió su cara entre su pecho como si quisiera impregnarse de su suave olor, no pudo resistirlo más, con una mano la agarraba del brazo y con la otra empezó a estimular su pecho...
En el rostro de Hikaru, se reflejaba lágrimas asomarse de sus ojos, en su interior se encontraban mezclados todo tipo de sentimientos, pero sobre todo sentia mucho dolor... era confuso, no entendía por que su kouhai la lastimaba de aquella forma.
Ya estaba harta, ella conocía sus límites y sabía que esta vez no lo soportaría por más tiempo.
- ¡¡Ya basta!! ¡Estoy harta de todo esto! es desagradable.
Dijo ella con una voz fuerte pero quebradiza, sollozando desconsolada.
- ¿Ah? pensé que te estaba gustando, senpai ¿Cambiaste de opinión? Oh... veo que no lo notas significas mucho para mi ¿cierto?
- ¡No! puede que sientas algo por mi, pero no puedo entenderte, para mi... no significas nada, ni siquiera te conozco ¡¿Entendiste?!
¡¡NADA!!
Las manos de Igarashi se detuvieron, era como si aquellas palabras lo hubiesen congelado, sus ojos brillantes ahora apagados, ya no tenían ese vivaracho brillo de siempre, ahora todo parecía sombrío... esas hirientes palabras lo trajeron de vuelta a su pasado, algo que le desagradaba recordar.
Un silencio incomodo se apodero de los dos, a ninguno le apetecía decir alguna palabra sobre lo ocurrido y cuando hikaru pensó que había dejado todo totalmente claro, inesperadamente el menor decidió romper el silencio del ambiente añadiendo algo más.

ESTÁS LEYENDO
Eres solo mia, senpai ~
Storie d'amoreHikaru fue secuestrada inesperadamente, mientras regresaba de camino a casa y fue sometida a un profundo sueño, al despertar vio un lugar desconocido y a alguien quien nunca había visto...