Camino a la taberna

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 Como os dije en el anterior capítulo, seguiré a esa chica en su trayecto a esa taberna que mencionó, se le veía muy despreocupada teniendo en cuenta que dijo que el lugar era muy peligroso, lo cual me alegró porque a lo mejor no es realmente peligroso, pero por otra parte me había mentido. En el camino (mientras le seguía escondido), unos niños se pararon en frente de ella para que  la chica jugase con ellos, simplemente ella pasó de los críos (que mala es, aunque si tiene prisa ciertamente es normal), éstos la siguieron así que ella empezó a correr (de una forma muy rara eso sí) y logró escapar de ellos.

 Parecía que habíamos llegado a "nuestro" destino final, y así fue. Ella se detuvo ante la puerta del establecimiento y golpeó la puerta con un ritmo desconocido, entró rápido y cerró la puerta, por lo que yo me quedé fuera y decidí mirar por la ventana lo que sucedía.

 Dentro del local, pude ver a la chica junto a una cría que parecía un duende, una señora que iba medio en pelotas como se suele decir (tenía el cuerpo tapado pero se dejaban ver algunas partes, no penséis mal pillinies), y lo que aparentaba ser un ogro... ¡¿Un ogro?!

-Sí, un ogro.

-¿Quién habla?

-¿Tan rápido te has olvidado de mí? Soy el demonio de la puerta, ¿me recuerdas ahora?

-Ah, sí.

-No sé si te lo dije o no, pero en este mundo las bestias son reales, puedes encontrarte cachalotes voladores como dragones submarinos, ¡este mundo no tiene límites!

-Así que lo del ogro es normal, y dime, si es tan real lo de que puede haber de todo, seguro que habrá alguna cosilla que no me gustará, ¿cierto?

-Así es. En este mundo hay un montón de cosas como dije antes, habra algunos que serán majos contigo y otros que querrán matarte con su arma.

-Vaya, que mala suerte, espero que salga todo bien.

-Serías uno menos en el infierno así que no es que me importe mucho. Eso sí, creo que vas a tener que pasar a saludar, porque creo que están hablando de ti.

-¿Cómo lo sabes?

-Por dos cosas. Mi magnífica intuición me lo dice y además están mirando hacia ti mientras hablan.

-¿Y ahora qué hago?

-Apáñatelas, nos veremos pronto, Feliciano...

No sé que quiso decir con verse pronto, pero seguramente sabe que esos cuatro van a matarme cuando entre. Debería pensar en algo rápido como una maniobra de distracción para largarme y si eso seguir a la chica otro día, en fin que debería ponerme a pensar sobre que debería hacer aho...

Ogro: ¡Eh, tú! ¡Te hemos visto! ¡Entra de inmediato o te lanzo mi arma a la cabeza!

Niña enana: Frénate tabernero de pacotilla, ya entrará, será por las buenas o por las malas...

Hasta que la muerte me reinicie... (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora