Poema 5

857 44 9
                                    

Me acerco y me sientes,
te abrazo y te estremeces,
das vuelta y te sorprendes
al ver que nadie está presente.

Aunque no me veas
ahí me encuentro,
como un ser omnipresente.

Te cuido como un ángel,
lástima que soy el de la muerte.

“Tranquila”
te digo,
que yo paso desapercibido,
esperando siempre
por ese último suspiro.

Pensarás que vengo,
de hoz y capucha,
pero mi ser es más
simple,
de una tez blancuzca.

Tu alma llevaré
a las puertas celestiales,
porque no eres un demonio,
tú, bello ángel.

Sonetos de un Amor PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora