17

372 55 14
                                    


 Los ojos de Han abrieron repentinamente al haber recordado que una sombra lo había aventado de la terraza de un club nuevo de la ciudad. Pero sólo se encuentra con la mirada de un joven con preocupación, gravemente herido. Notaba como la sangre recorría su frente, lentamente, y como una pequeña lágrima se le escapa luego de la gota carmesí.

 -Estás vivo...- Soltó Minho sintiéndose completamente vulnerable a los ojos de Jisung, que lo miraba con confusión.

 No sabia si el efecto del alcohol lo había afectado de una forma increible, o si realmente tenia su jefe, sollozando, y él en sus brazos, acurrucado en su pecho. Pero una sonrisa ambigua sale de los labios de Han, al recibir esa calidez extraña y repentina del mayor hacia su persona.

-No vuelvas a asustarme de esa forma, Han Jisung.- Dijo escondiéndose en el hueco del cuello del menor, como si de que se estuviera escondiendo de algo.

 Sin embargo, desde el "accidente" Sung seguía ebrio, y no entendia lo que veían sus ojos. De pronto se preocupa cuando recuerda aquella heridas graves del mayor, por lo que toma su mejilla dulcemente, y frunce un poco el ceño, mirándolo como si lo estuviera examinando. Lee sin duda notó esa preocupación del joven, e incluso puede a llegar a sentir como sus mejillas comienzan a arder, porque Han la estaba sosteniendo de una forma, tan dulce, e inexplicable.

 La sangre de Minho comienza a hervirse, sintiéndose completamente vivo con el roce de los dedos de Han Jisung, y aquella sonrisa tan indecisa, con sus ojos posado sobre los suyos. Siente un cosquilleo cuando Sung acaricia su mejilla de forma tranquila. Su mirada, sus toques y su forma de ser lo estaban reviviendo de una forma inefable, lo recordaba a él, en su vida pasada. No había cambiado nada, siempre fue la misma alma pérdida. Han, era esa persona cual Lee amó infinitamente. Incluso, jura creer en Dios, y le da las gracias por darle otra oportunidad de poder reunirse con su gran pecado. Han era su pecado. Un pecado que no se cansaría de cometer, porque realmente lo amaba, y lo amó eternamente.

Sus miradas chocaban fuertemente, y sus respiraciones se ven completamente tranquilas. Jisung no dice nada aún, pero el pálido lo entiende. Entiende la rara conexión que podría haber entre ellos dos, la rara forma en que se amaban en secreto.

-Bésame.- Habló Jisung mirando firmemente a su mayor, que se desconcierta por el pedido del menor.

-Han...

Hubo un silencio entre ambos, un silencio que se rompió cuando Han decidido toma la nuca de Minho, para fundir sus labios, de modo que el mayor se sorprenda por la acción. Sin duda, Sung era su mejor forma de romper las reglas. Minho acepta el beso, y abraza la anatomía de Han, cariñosamente, moviendo sus labios a la par de los del menor. No obstante, Jisung, quien había empezado el beso, de repente rompe el beso, para observar con esos ojos brillosos que tanto se caracterizaban en su mirada.

- Me duele...-Dice Sung en un tono bajo. Algo que preocupó un poco a Lee.

-¿Dónde Sunggie?- Pregunta, ladeando la cabeza, mirando al chico que tenía en sus brazos.

 Jisung tomó una de las manos de Minho, para poder llevarla a su pecho, señalando su corazón.

 -Eres cruel Linou...-Dice en aquel tono de borrachera, formando un leve mohín en sus labios- Le haces daño, demasiado. ¡Deja de ser tan lindo!- Chilló mordiéndose los labios. Eso provocó una adorable risita de parte de Lee.

 Han suelta su mano, y lleva la suya hasta la frente del azabache, tocando el liquido rojo que estaba en su frente.

-¿No te duele...?- Pregunta observando la sangre en sus dedos.

-Con que estés tratandome asi, no me duele nada- Sonrió sinceramente, dándole un pequeño beso en su frente.


(...)


Felix estaba sentado en el sofá, preocupado por que le iba a decir su superior por su comportamiento tan inadecuado. Pero, era su trabajo ¿No? de eso se trataba, llevarse las almas, y...hacer esas cosas.

Minho no podía regañar a Lee menor porque casi mata a su amor eterno, y que se llevaba su alma. No, no podía. En cambio, Felix debería estar enfadado, por haberle saboteado así su trabajo. Pero sentía miedo, porque sabía que perfectamente podía asignarse a otro trabajo, o cancelarlo. Sin embargo, su corazón daba puntadas, al recordar la gran preocupación de Minho hacía el tal Han. Le dolía verlo tan pendiente de lo que hacía aquél, le dolia todas esas veces que sólo hablaba de él.

Durante esos siete años que conoció a Minho, el susodicho siempre hablaba de Jisung. Contaba como era su vida pasada con él, y lo feliz que se encontraba porque lo había encontrado nuevamente. Lee menor nunca se preocupó de que Han estuviese vivo, porque las probabilidades de encontrarlo era una en millones. Pero Dios no estaba a favor del pecas. Era como un castigo, cuando supo que Han trabajaría en la cafetería, junto a Minho.

La puerta de calle, se abrió, Felix se levanta de su asiento, y se acerca temerosamente, hacia la puerta, encontrándose con un Minho despeinado y gravemente lastimado.

Lee mayor lo observo, pero no dijo nada, sin embargo, se sacó los zapatos, y pasó de largo hacia el sofá que anteriormente Lee menor se encontraba sentado. Felix lo sigue en silencio, y vuelve a inspeccionarlo con la mirada. Los labios del pálido, estaban hinchados, sólo un poco, dándole entender a Felix que estuvo con Jisung, y que lo había salvado.

-Lo besaste.- Dijo Lee musitando y tragando en seco.

-Casi lo matas, Felix...- Menciona Minho, en repuesta, se encontraba decepcionado.

La incomodidad traspasó la habitación.

-Minho, es mi trabajo, sabes que no puedo...

-¿Así rompes mi confianza hacía ti?-Pregunta Lee mayor, sin dirigir alguna mirada.

Un nudo en la garganta de Felix, traspasó.

-¿Qué diablos sucede contigo Lee Yongbok?- Interroga una vez más, mirando a Felix con desaprobación.

-Minho, yo...

-¿Con qué necesidad...?

-Lee...

- Nuestra relación de superior y aprendiz, no concuerdan. ¿Por qué lo hiciste?- Dice insistiendo.

Oh. El de pecas lo había olvidado por completo. Lee Minho siempre miró a Felix como su hermano, o un simple aprendiz. No como en los ojos del anterior mencionado, que lo veía jodidamente perfecto, y que con sólo hablarle no bastaba la forma en que lo amaba. Eso le dolió más, que lo demás. Lix, siente sus ojos lagrimear, y decide soltarse.

- ¡Lo hice porque estoy jodidamente enamorado de ti Lee Minho!- Chilló enrojeciendo de la peor forma- Odio profundamente que algún chico te observe de forma explícita, ¡Odio que Han esté en tu corazón y yo no! ¡Que lo des todo por él, y yo tan sólo sea un puto aprendiz!- Rechisto- Odio amarte, y que no te des cuenta...odio ser yo, y no Han Jisung. Odio este sentimiento, Lee Minho- Dijo sin más, huyendo de la sala, corriendo, dejando perplejo a Lee mayor.


(...)

Palidez ♡ Minsung.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora