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Unos cuantos días habían pasado y Mew no dejaba de molestar al mayor

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Unos cuantos días habían pasado y Mew no dejaba de molestar al mayor. Cada día que pasaba por su cafetería se le acercaba e intentaba entablar aunque sea una pequeña conversación con el, pero este solo ponía mala cara, aún así Mew no se rendía, el en serio quería conquistar a Gulf así tuviera que acorralarlo a una pared y decirle lo que siente por el, eso era lo que él se imaginaba, pero en realidad le daba vergüenza acercarse de una manera tan peligrosa al chico. Tampoco quería negar que le encantaba que el peli-negro fuera difícil, eso lo encendía y hacia que cada vez más se volviera impaciente al ver el comportamiento tan indiferente de Gulf. Pero lo que más lo encendía era que Gulf siempre se mordía el labio inferior y, Dios, se veía malditamente sexy.

— Gulf, te traigo un nuevo caso. — Dijo Mike entrando a la sala con una camilla de ruedas y encima un cadáver con una bolsa casi transparente que lo cubría.

Gulf le puso atención y abrió la bolsa solo por la cabeza del fallecido y lo que vio le dio el peor asco del mundo, a este se le notaban los huesos del rostro, no tenía nariz, ni la piel, parecía haber sido quitada con desesperación.

— ¿Que le pasó en la cara? — Preguntó un asqueado Gulf.

— Se cree que el asesino le quitó la piel para hacer ventas ilegales en la Deep Web, ya que en Estados Unidos se a estado presentando el mismo caso. — Dijo mirando con el ceño fruncido al cadáver.

— ¿Se cree? — Preguntó confundido.

— Si amigo. — Se apoyo en la pared. — ¿Puedes creer que lo violaron?

A Gulf eso no le sorprendió, sin embargo el ánimo de su amigo no era el mejor.

— ¿Y saben quién es el asesino?

— Va a sonar loco y estúpido, pero no encontramos el ADN del delincuente, el cadáver no tiene huellas de ser tocado por alguien. La única sería que el asesino uso algún tipo de protección para no ser atrapado, pero lo que es raro es que el chico fue violado, pero no hay ADN de otra persona en su cuerpo. — Se notaba su estrés, y confusión.

Eso al Gulf si que le pareció extraño.

— Además. — Prosiguió el forense (Mike). — El asesino dejo una marca en la parte baja de la espalda del cadáver, al perecer está jugando con nosotros el imbécil. — Gruñó molesto.

— ¿Una marca?, ¿Que marca? — Tocó el brazo del cadáver para voltearlo, claro, con lo guantes.

— Una cruz invertida.

Gulf abrió grande sus ojos y volteo rápido el cuerpo del cadáver, y si, ahí estaba la misma cruz de la chica que hace unos días Gulf había revisado.

El barista y el auxiliar de autopsiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora