DESAYUNO

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Wang Yibo despertó un par de horas más tarde. Se estiró en la suave cama olvidando por un instante en dónde se encontraba y abrió los ojos poco a poco al sentir algo cálido contra su espalda. Su corazón se detuvo por varios segundos al notar la presencia de Xiao Zhan. El chico se había pegado por completo a su cuerpo, por lo que hacía contacto con su espalda. Su aliento casi le golpeaba la nuca.

Se giró lentamente y quedó de frente al hombre seis años mayor. Yibo respiró hondo y sonrió apenas un poco. Nunca había visto tan de cerca el sueño del otro. Con su mirada repasó las largas pestañas, los labios ligeramente entreabiertos y aquel lunar tan lindo que tenía cerca de los labios. Su Gege era bastante guapo y a Yibo le molestaba cuando éste se deprimía y pensaba que su apariencia no era lo suficientemente buena. Para Wang YiBo, Xiao Zhan era uno de los hombres más guapos que existían dentro del medio artístico.

Frenó el impulso de estirar su diestra para acariciar el lunar que tanto le llamaba la atención y se incorporó de golpe, asustado por su deseo. ¿Qué rayos quería hacer? ¿En serio deseaba tocar a otro hombre? Negó de inmediato. No podía permitirse acercarse demasiado al hombre, las cosas podían malinterpretarse y... nada bueno saldría de aquello. Carraspeó un poco y fue al baño para lavarse la casa. El agua fresca llenó su rostro y Yibo se miró largo rato.

Le gustaba estar sin maquillaje. Un grano pequeño y rebelde brilló a un costado de su nariz, pero no le importó. Sin duda alguna se debía a tanta grasa que comía junto a Xiao. Por cierto, le preocupaba el peso de su Gege, lo había visto visiblemente más delgado... No era que él mismo fuera gordo, qué va, ambos incluso podrían compartir ropa sin problema alguno, pero cuando Zhan adelgazaba demás sus clavículas podían notarse al igual que la delgadez de su cuello. Ya se cargaría de que su mayor comiera mejor. Debía decírselo.

Los rayos del sol lo llenaban todo, así que debían ser alrededor de las diez u once de la mañana. Después de orinar se lavó las manos y regresó a la recámara. Xiao Zhan ya estaba despierto. Se encontraba sentado al borde de la cama y lo miró con una de sus más radiantes sonrisas.

—Buenos días, BoDí.

—Buenos días, Zhan-Ge —sonrió igualmente el menor.

—¿Llevas mucho tiempo despierto? Realmente lo siento... tenía mucho tiempo sin dormir tan bien.

Yibo rio suavemente.

—Supongo que sentiste algo calientito a tu lado y dormiste como un bebé.

—Eres como un pollito bebé. Un pollito adorable.

La risa del menor se mantuvo al tiempo que negaba.

—Ay, Zhan-Ge, Zhan-Ge... ¿Qué vamos a desayunar, mh? Podemos salir, encargar algo o simplemente tratar de preparar el desayuno.

—No quiero salir... —se quejó el más grande—. Mañana tengo un compromiso. ¿Puedes creerlo? ¡Un compromiso en domingo! Déjame descansar hoy, ¿de acuerdo?

¿Quién podría resistirse a la sonrisa de Xiao Zhan? Yibo no pudo hacer más que sonreír de igual forma y terminó por asentir.

—De acuerdo, de acuerdo... Que así sea, entonces. Veré que tanto tienes en la cocina.

—¿Seguro que no vas a quemarla?

—¿Por quién me tomas?

—Realmente no hay nada, BoDí. Te impresionará notar que no tengo nada para comer aquí. Solo compro cuando tú vienes.

—De eso quería hablar contigo.

La expresión del menor cambió. Su semblante amable fue sustituido por seriedad absoluta y Xiao Zhan formó un puchero como niño al cual van a regañar a continuación.

FAN SERVICE (Yibo x Zhan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora