¿Sobrenatural?

Un paso más

La sangre caía por su brazo derecho, Hermione y Ron estaban aún lado del camino mientras Sam y Dean inconscientes a sus espaldas.

—Draco...

El rubio estaba parado a unos metros del castaño, Harry lo veía como nunca antes lo había hecho. El rubio enfundado en un traje negro con una varita en mano y una sonrisa sádica en sus labios...

—No puedo seguir leyendo esto...

Sam veía las hojas que la rubia le había dado, se habían sentado en la "sala", cuando la conmoción de hace unas horas había pasado.

Búnker Winchester  seis horas antes.

—¿Qué es un profeta? —la pregunta de Ron había aligerado el ambiente algo extraño que se había instalando en la estancia.

—Un profeta es una persona que fue elegida por los ángeles para ser un mensajero de dios. — Sam explico de forma sencilla.

—¿Por qué dice que es la profeta de Harry? —La castaña se había acercado a dónde estaba Harry que había aceptado el apretón de manos con una cara de confusión y extrañeza.

—Ella es una escritora, según los ángeles, existen diferentes profetas uno a la vez pero de cada línea de "destino único"  personas que cambiaron la historia o que cambiarán el destino son escritas por estás personas que escuchan en modo de visiones o sueños la palabra de Dios. —Draco explico mientras invitaba a la rubia a tomar asiento.

—Lo hacen ver extraño — J.K. sonrió aceptando y sentándose en una de las sillas del lugar —Pero no es sencillo, conozco tu historia Harry, la tuya y la de todos aquí.

— Sigo sin comprender. — el pelirrojo se dejo caer a un lado de la castaña, pues los tres aurores estaban intrigados.

— Miren, — la mujer con una sonrisa saco de una bolsa que nadie vio que portara, un libro con una portada de un niño de lentes redondos, con una cicatriz en la frente y un gran tren a sus espaldas, rápidamente la mas lista de los aurores lo tomo en manos.

—No puede ser es... — sus palabras fueron cortadas por la misma J.K.

—Harry — confirmo con una ligera sonrisa— fue escrito antes de tu nacimiento, tu historia llego como sueños, veía a este niño en un bosque con una hermosa lechuza, la primera vez que lo vi era solo una adolescente, con forme fui creciendo, los sueños y  visiones, se hicieron mas constantes hasta que termine de escribir todos y cada uno de los libros. 

— ¿Dice que hay mas de un libro ? —el pelirrojo estaba demasiado sorprendido.

—Creo que tengo un deja bu —el susurro de Sam solo hizo sonreír a ambos rubios pues ambos conocían su historia por medio de los libros de Chuck.

—Pero a todo esto Jo, no me haz dicho el placer de tu visita —no es que le molestara pero sabia que los arcángeles después del desastre de las tablillas demonio y ángel habían mantenido a  los profetas lejos de sus "personajes" como solían llamarlos.

—Bueno, en parte quería verlos y por otro lado, hablarte de sobre Vanity

—¿Que? ¿Qué sabe sobre ella? — Harry pregunto entre sorprendido y escéptico ¿Cómo está mujer sabía algo si ellos buscaron por todos lados y no encontraron nada?

—No demasiado pero creo que es importante —la rubia saco de nueva cuenta de su bolsa unas hojas y se las extendió al rubio menor —Vanity no nació siendo bruja ella era una squib.

Esto si que dejo a todos o al menos a los magos anonadados.

—Su infancia no había sido nada fácil pues la única bruja en su familia había sido su hermana, ella era hija de dos magos pero nació siendo una squib, su magia no se desarrollo como habían esperado, por más que intentaron ella no era una bruja, sus padres la trataron diferente, la hicieron sentir menos y el rencor en su corazón la llevó a realizar  invocaciones, tratos con  demonios, lo  intento muchas veces pues fue rechazada por algunos  hasta que lo logró  convocó a un ser despiadado muchos dijeron  qué hizo un trato con el mismísimo Lucifer, tarde un poco en averiguar si era cierto y no no lo hizo con él pero sí con alguien más aún no sé quién  pero tiene el mismo poder que Lucy. —la rubia termino de hablar dejando el sitio en silencio.

—Pues no hay mas que preguntarle —Sam suspiro, el no quería hablar con el ángel del infierno como le decían  

—¿Preguntarle? —la pregunta de la castaña se resolvió con un asentimiento de cabeza.

6 horas después.

Luego de muchas explicaciones y mencionarles que lucifer estaba libre sobre la tierra se dedicaron a leer las otras paginas que traía la rubia.

—¿Todo lo que hay aquí se cumple? —Harry pregunto con temor habia cosas que no podía creer y eso que habia visto cosas desagradables a lo largo de los años.

—No al cien por ciento, algo puede cambiar, o mostrarse diferente, la verdad la palabra de dios es muy inexacta hasta que llegan a una fecha determinada. 

Rowling tomaba una taza de te mientras los veía, las expresiones eran varias pues en las hojas se describían muchos actos atroces.

—Eso no importa ahora, por fin tenemos una pista, si averiguamos con que demonio hizo el trato podemos saber que es lo que realmente quiere y detenerla.

—¿Cómo eso nos va a ayudar ? Nisiquiera sabemos dónde está —Ron debatía las palabras de Draco.

—Los demonios nunca dejan un alma sin vigilancia, si encontramos al demonio seguro este sabrá dónde se encuentra Vanity —Sam menciono en cuanto dejo las hojas de nuevo en la mesa cerca de la profeta.

—Bueno ya tenemos un plan —La sonrisa de Draco estaba radiante.

—Me alegra saber eso, y ahora solo toca esperar a que aquellos dos terminen lo que sea que estén haciendo.

J.K.  hizo un levantamiento de cabeza par indicar el "segundo" piso, Draco se dejó caer en el sillón y Sam solo suspiro eso tomaría tiempo.

El el piso superior uno de los "tantos" que habían más específicamente en el segundo cuarto de la derecha, una puerta se había azotado y un par de cuerpos se encontraban compartiendo un ardiente beso.

—Te extrañe —la voz ronca de Castiel se escuchó sobre la respiración irregular del cazador.

—Maldito bastardo —Dean trato de salir del abrazo del ángel pero al ser una divinidad era más fuerte que el como humano.

—Dean, sabes que tengo órdenes —ellos tenían una relación que se dio de una manera rara pero que todos esperaban.

—Tu y tus tontas órdenes, al menos deja una estúpida nota —gruño el cazador mientras se rendía el querer huir.

—No puedo desobedecer órdenes, cuando me llaman debo de ir, pero puedo dejar la nota.—las manos de Castiel no se quedaron en la cadera, de dónde lo tenía preso, si no que bajaron al trasero redondo de Dean.

—¿Que..que crees que estás haciendo?

—Bueno te extrañe, pensé que...

Los ojos azules se mostraron algo tristes, Dean no podía con esa mirada, en estos años Castiel había aprendido sobre algunas cosas y su cara de "perrito" como le decía Draco era una de ella, y más por qué Dean no se podía resistir a ella. Se sintió ganador cuando la mirada verde miro a otro lado y el tuvo acceso al blanco cuello del cazador.

—Tienes..mucho que explicar...—la voz entrecortada de Dean iba perdiendo fuerza cada que el ángel besaba su cuello, los besos se volvieron en pequeñas mordidas y chupetones.

—Después...

Fue todo lo que menciono Castiel antes de que sus manos cobraran vida de nuevo y fueran quitando una por una las prendas del cazador. El último pensamiento coherente que tuvo Dean antes de caer de espaldas a la cama de su propia habitación, fue: "está noche será demasiado larga".